
Cultura
El presidente de la Juventud Radical porteña, Agustín Rombolá, se manifestó sobre el mega DNU de Javier Milei, considerando que "constituye una entrega y una venta de todos los recursos más preciados de la República Argentina". En sintonía con las afirmaciones del presidente partidario, Martín Lousteau.
Muy duro en sus apreciaciones, Agustín Rombolá consideró que Javier Milei “le dio la espalda al pueblo argentino por segunda vez en diez días: la primera fue en el discurso de asunción, la segunda fue con este decreto de necesidad y urgencia en el que no acredita la necesidad y la urgencia de acuerdo a la construcción jurídica y normativa argentina, no hay una necesidad y urgencia para emitir un decreto, para saltearse el Congreso”.
Sin embargo, agregó, el presidente “avanza con un DNU de 366 puntos que son totalmente debatibles y susceptibles de una conversación entre los diputados de las distintas fuerzas políticas. Eso lo hace completamente inconstitucional”.
Rombolá explicó que no sólo preocupa la forma, sino las consecuencias sociales de las disposiciones del DNU. “Porque creemos que constituye una entrega y una venta de todos los recursos más preciados de la República Argentina, empezando por el suelo argentino, cuando derogaba la ley de Tierras, la ley de Fuego, nos vemos totalmente abiertos por la quita de la ley de Alquileres que más allá de que haya funcionado muy mal, es mejor incluso que la nada misma”.
También manifestó su preocupación respecto de la eliminación de la ley de Alquileres, ya que ahora “los propietarios pueden libremente ofrecer contratos y alquileres en dólares para jóvenes, por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, en donde el 54 por ciento de los jóvenes se encuentran desempleados, donde la mitad trabaja a tiempo parcial, en donde trabajan mucho menos horas de las que quisieran o mal pagas”.
No son estas las únicas cuestiones que preocupan a los jóvenes radicales, ya que muchas de las disposiciones del mega DNU constituyen “una resignación hacia el desarrollo productivo, hacia el desarrollo industrial argentino, una inconstitucionalidad manifiesta”.
Sin embargo, el referente de la juventud radical aceptó que “entre 366 puntos hay algunas cosas que son positivas: la cuestión de la agilidad de los trámites, de la supresión de la obligatoriedad de los registros de nuestro propio automotor, hay algunas cosas que sí pueden llegar a considerarse para debatirse y ver de qué manera pueden llegar a hacer una ley que aplique y que sea superadora”.
Pero alertó respecto de la “trampa” que significa el mega DNU. “El corazón y la trampa de estos 366 puntos es que hay que aprobarlos o rechazarlos en su totalidad porque la comisión bicameral del Congreso lo que hace es evaluar la constitucionalidad del decreto y en ese sentido va a tener que rechazar o aprobar integralmente al DNU”.
Rombolá insistió en objetar los procedimientos del nuevo presidente y de su gobierno. “Me gustaría ver a Javier Milei o a su gabinete yendo al Congreso porque lo único que hizo Milei en estos doce días de gobierno fue un ajuste feroz contra la clase media argentina, contra los jubilados, contra las juventudes. Después de eso, emitió el decreto de un DNU sin hablar con el Congreso, en una cadena nacional de quince minutos en donde habló, por ejemplo, de que seis de cada diez chicos son pobres, pero que no tiene ninguna medida en el DNU para tratar la pobreza infantil”. “En su enorme mayoría, lo que hace es poner en venta todos los bienes más preciosos de nuestro país”, resaltó.
Por último, Romolá destacó la reacción popular, ya que la sociedad advirtió inmediatamente adónde apuntaban las políticas oficiales, para lo cual no hace falta leer en detalle los contenidos del mega DNU, ya que se evidencian en todo su articulado y en las declaraciones de las autoridades.
“Me parece que el pueblo también lo entendió por eso salió con las cacerolas, espontáneamente, en los últimos días a quejarse. No es como dijo Sturzenegger, quien socarronamente sale a reírse de la gente lo que parece una vergüenza, no es que la gente no leyó el decreto y en dos minutos salió a quejarse, es que Sturzenegger no innovó en absolutamente nada con lo que hizo, propuso recetas que ya vimos que fracasan en la República Argentina, y que nos llevaron a un 2001, a otro 89, o peor aún, a un 76, momentos que nosotros ya hace mucho tiempo dijimos que nunca más queríamos vivir”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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