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La reciente visita del mandatario Javier Milei fue celebrada por los propios como un logro, luego de los recelos mutuos que se habían dispensado. Sin embargo, algunos detalles permiten ver que no todo está perdonado y que el Papa Francisco utiliza un preciso lenguaje diplomático para expresarlo.
Aunque nunca regresó al país a lo largo de los casi once años que lleva como sumo pontífice de la iglesia católica, Jorge Bergoglio no ha dejado de observar de cerca la política nacional. Muchos más de los admitidos públicamente son los que se viajan a Roma para mantenerlo al tanto de las novedades, y no tanto, del país.
En total fueron trece las visitas que presidentes argentinos realizaron a Francisco. La que más lo visitó fue Cristina Fernández de Kirchner, con un total de siete encuentros. A le siguieron Alberto Fernández, quien mantuvo 2 reuniones en calidad de presidente y uno recientemente como ex mandatario; Mauricio Macri, con dos recordados encuentros; y ahora Javier Milei.
Mas allá de las sonrisas que el Papa Francisco imparte o no para mostrar satisfacción (muchos recordarán la cara adusta en la foto junto a Mauricio Macri), el pontífice elige dónde recibir a los presidentes de su país y así demostrar cercanía o respetuosa, aunque distante, diplomacia.
Los casos de Cristina y Alberto Fernández pueden compararse. A la primera la recibió en Santa Marta, lugar de residencia del Papa, donde incluso llegaron a almorzar juntos y a prolongar reuniones por más de dos horas. En el caso del ex presidente ahora radicado en España, el despacho de la Sala Pablo VI, cercano a Santa Marta, también buscó demostrar cercanía con su visión política, aunque la relación quedaría dañada luego de la sanción de la ley del Aborto.
Alberto Fernández fue el mandatario que más rápido logró una audiencia papal, a menos de dos meses de haber asumido. Cristina Kirchner, en ejercicio del poder al momento del cónclave, fue la que más rápidamente debió visitarlo luego de años de frialdad. Los casos de Mauricio Macri y Javier Milei son muy distintos.
Ambos debieron esperar a que pasaran los dos meses de gobierno, y fueron recibidos en le Biblioteca del Palacio Apostólico, en el mismo piso desde donde el Papa se asoma cada domingo para bendecir a los fieles. Esa es la residencia oficial de un pontífice, aunque Francisco nunca la usó mas que para audiencias.
Las visitas fueron cordiales pero diplomáticas. La primera de Mauricio Macri duró apenas 24 minutos, mientras que la última de Javier Milei alrededor de una hora, pero no se conocieron detalles de los temas tratados.
Como detalle distintivo, en la foto de la comitiva pudo observarse solo a Karina Milei utilizando un pequeño sombrero negro, mientras que el resto de las mujeres presentes -por ignorancia o decisión- incumplieron con el protocolo que la santa sede impone a las mujeres. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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