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Luces y sombras se proyectaron en la última semana sobre la figura del senador nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y titular del comité nacional de la Unión Cívica Radical, Martín Lousteau.
Por un lado, se reavivaron emociones muy positivas en gran parte del espectro progresista, incluso más allá de la alambrada partidaria, cuando se conoció la propuesta de su dictamen propio con la ley Bases que, además, incluía una serie de votaciones negativas sobre capítulos y artículos de esa norma tan ansiada por la Casa Rosada.
Si se tratara de una producción de televisión podría decirse que, en la previa de la votación, el rating “minuto a minuto” de Martín Lousteau iba en fuerte ascenso y se completaba con el gran requerimiento mediático nacional y hasta las críticas de parte del esquema oficialista.
Con su etapa de luces fulgurantes y rutilantes marquesinas, Lousteau llegó a la cresta de la ola con toda la discusión o intriga acerca de su decisión de dar o no quórum para que se realice la sesión más comentada del año en el parlamento nacional.
LA CRESTA DE LA OLA
La configuración de “cresta de la ola” nunca estuvo más acertada para esa situación porque, desde el momento en que Lousteau dio el quórum eso le restó muchísimos apoyos desde quienes, integrando el progresismo, decidieron dedicarle un rosario de insultos y críticas.
El dato no es menor, teniendo en cuenta que desde quienes se oponen al programa económico libertario vienen señalando que hay que poner un freno a la embestida que propone el presidente Javier Milei con su DNU 70/23 y la propia ley Bases. Poner un freno incluye, por ejemplo, haber evitado el quórum para que se aprueben este tipo de normativas.
Tal vez fue excesivo el rótulo con que lo bautizaron en ese momento y fue cuando lo trataron de “rueda de auxilio del gobierno libertario”. Fue excesivo, porque se lo equiparó con la conducta de senadores de su partido como Maximiliano Abad, quien directamente acompañaron en forma incondicional a la propuesta del oficialismo.
Tal cual un eclipse, las sombras invadieron sobre la medianoche del miércoles en que se aprobó la ley, en una sesión en la cual Martín Lousteau votó completamente sólo por el rechazo, a diferencia de sus correligionarios de bloque, incluido Pablo Blanco, senador por Tierra del Fuego que lo había acompañado en la votación negativa del DNU 70/23, hace unas semanas.
La soledad de Lousteau en un partido donde tiene escasa historia de militancia no se explica solamente por una sesión. Esa soledad también tiene fundamentos en su falta de convocatoria a un debate para determinar la posición del bloque radical en el Senado advirtiendo que supuestamente es el conductor partidario. Obviamente, con el diario del lunes, la respuesta la dio una mayoría de bloque que le dio las espaldas a Lousteau en el recinto de la cámara alta.
Esa mayoría del bloque, apadrinada por el consorcio de los cinco gobernadores radicales, hizo un verdadero gesto de poder para demostrar por donde pasa el canal de negociación con la Casa Rosada y, obviamente, no lo es por el comité de calle Alsina en la Ciudad Autónoma.
SOLO EN LA MADRUGADA
La soledad de Lousteau fue alimentada en los últimos meses por correligionarios de “evolución” que cada vez actúan con una notable diferenciación de lo que piensa el economista, como es el caso de los diputados nacionales Rodrigo De Loredo y Martín Tetaz, quienes ya avanzan en actitudes invididualistas que no responden siquiera a lo que pregona el economista porteño.
Lousteau necesita abroquelar apoyos con urgencia ante un avance arrollador que, por derecha, le está haciendo el nuevo esquema de los mandatarios provinciales. Sólo cuenta con el apoyo simbólico de algunas corrientes que pueden rescatar todo el componente progresista y socialdemócrata que, hoy por hoy, parece ser un capital escaso.
No obstante, más allá de una soledad creciente, las etapas de crisis suelen estar acompañadas de oportunidades. Lousteau, siempre acostumbrado a manejarse por decisiones totalmente individuales por encima de partidos y agrupaciones, podría estar pensando en algún armado con extrapartidarios si es que, en el día de mañana, la realidad le depara aciagos momentos para su liderazgo partidario y ambiciones políticas, o lo que queda de ello. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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