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Continúan los conflictos internos con estrategias distintas entre los funcionarios.
En la provincia de Buenos Aires, la tregua dentro del peronismo, promovida por el gobernador Axel Kicillof y el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, ha mostrado signos de fractura. A pesar de la movilización unificada contra la Ley Bases, las tensiones internas persisten, evidenciadas en los recientes conflictos entre figuras clave del movimiento.
El lunes, el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, lideró un acto en Quilmes sin invitar a la intendenta Mayra Mendoza, de La Cámpora, lo que fue visto como una provocación directa. Este evento ha incrementado las fricciones dentro del peronismo, particularmente entre los seguidores de Kicillof y los integrantes de La Cámpora.
Mayra Mendoza expresó su descontento en un acto de Gobernación, señalando a Kicillof y su grupo de intendentes como responsables de fomentar divisiones internas. “Son provocaciones”, afirmaron desde su entorno, sugiriendo que estos actos buscan debilitar a otros sectores del peronismo.
Ferraresi ha estado activo en la organización de plenarios en municipios gobernados por el peronismo, destacándose su próximo evento en Lanús, junto a la concejal Belén Berrueco. Estos movimientos son interpretados como un intento de fortalecer su base política fuera de La Cámpora y alinearse con la mesa política de Kicillof.
El grupo liderado por Kicillof, que incluye a dirigentes como Andrés “Cuervo” Larroque, Gabriel Katopodis y otros intendentes, pugna por que el gobernador conduzca el proceso del peronismo y el armado de las listas para las elecciones futuras. Esta estrategia busca consolidar su liderazgo y enfrentar las tensiones con La Cámpora y el Frente Renovador de Sergio Massa.
El Frente Renovador, liderado por Sergio Massa, ha mostrado preocupación por las tensiones internas, advirtiendo sobre el desgaste político que estas generan. Massa ha subrayado la importancia de construir una oposición sólida de cara a las próximas elecciones, evitando debates prematuros sobre liderazgos futuros.
La Cámpora, por su parte, ha criticado los movimientos de Kicillof y sus aliados, señalándolos como intentos de fragmentar el peronismo. La reacción de Mayra Mendoza ante el acto en Quilmes es un claro ejemplo de la desconfianza y el malestar dentro del grupo camporista.
La fecha del 15 de noviembre, marcada para las elecciones internas del PJ bonaerense convocadas por Máximo Kirchner, será crucial. Ferraresi, actualmente miembro del consejo partidario, podría ser uno de los candidatos, enfrentando a figuras como Mayra Mendoza y Fernando Gray, quienes también tienen sus propias agendas y conflictos con la actual dirigencia.
El peronismo en Buenos Aires enfrenta un escenario complejo, con múltiples actores y tensiones internas que amenazan con fragmentar el movimiento. Las próximas acciones y estrategias de sus líderes serán determinantes para definir el rumbo y la unidad del partido de cara a los desafíos electorales futuros.
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