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Criticaron el impuesto a las Ganancias y lo que podría generar en la provincia está situación.
La reciente publicación de la Ley 27.743, que incluye modificaciones significativas en el Impuesto a las Ganancias, ha generado una ola de preocupación en Tierra del Fuego. La medida, que afectará a los trabajadores con sueldos superiores a 1.800.000 pesos mensuales, podría tener consecuencias devastadoras para la economía local y el bienestar de los empleados.
El titular de la Agencia de Recaudación Fueguina (AREF), Oscar Bahamonde, reconoció en una entrevista con FM Aire Libre que, a pesar de la promulgación de la ley, aún falta la reglamentación específica por parte de la AFIP. Esta ausencia de directrices claras ha creado un ambiente de incertidumbre y temor entre los trabajadores, quienes no saben cómo y cuándo se les aplicará este nuevo tributo.
La introducción del Impuesto a las Ganancias en una región como Tierra del Fuego, que ya enfrenta desafíos económicos particulares, es un golpe bajo para los trabajadores. La medida parece ignorar las condiciones únicas de la provincia, donde el costo de vida es significativamente más alto que en otras partes del país. Esta falta de consideración puede agravar la situación económica de muchas familias fueguinas, que ya luchan por llegar a fin de mes.
A pesar de las declaraciones del secretario de Hacienda de la Nación, Carlos Guberman, afirmando que "no era la intención del gobierno alcanzar a los trabajadores fueguinos", la falta de acciones concretas para clarificar y resolver la situación deja mucho que desear. Estas palabras, aunque reconfortantes en teoría, no proporcionan ninguna solución tangible a la incertidumbre que enfrentan los trabajadores.
Según Bahamonde, serán los empleadores quienes actuarán como agentes de retención del impuesto, incluyendo el propio gobierno provincial. Esta carga adicional para los empleadores podría generar tensiones laborales y complicar aún más la situación para los trabajadores, quienes ya están en una posición vulnerable.
La falta de una reglamentación clara y específica es inaceptable. La espera prolongada solo aumenta la confusión y la ansiedad entre los trabajadores, quienes merecen saber con certeza cómo serán afectados por esta nueva ley. La inacción del Poder Ejecutivo en este sentido es una muestra de desorganización y falta de consideración por los ciudadanos. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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