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La oferta de Río Negro y la posibilidad de integración con el proyecto de YPF-Petronas podrían definir el futuro de la industria del gas en la región, en un contexto de rivalidades políticas y económicas.
La reciente declaración del presidente Javier Milei, respaldando a Río Negro como una posible sede para la megainversión en la producción de Gas Natural Licuado (GNL) de YPF y Petronas, ha generado una fuerte respuesta del gobernador de la provincia, Alberto Weretilneck. A su vez, el conflicto de intereses con Bahía Blanca y la situación de las negociaciones con Pan American Energy (PAE) y Golar LNG Ltd. también han sido temas de discusión clave.
Milei criticó a Bahía Blanca, señalando que la ciudad está perjudicada por la administración de Axel Kicillof y sugirió que podría haber adherido al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) nacional. Esto provocó una rápida reacción del gobernador bonaerense, quien tildó las afirmaciones de Milei como “superficiales y groseras”.
En respuesta, Weretilneck destacó que el RIGI busca remediar la “mala imagen internacional” y asegurar financiamiento internacional competitivo. Explicó que para lograr tasas de interés adecuadas, es esencial que el entorno político sea confiable y libre de sospechas de decisiones arbitrarias.
Weretilneck también confirmó que Río Negro está en conversaciones con Pan American Energy (PAE) y Golar LNG Ltd. para la posible instalación de un buque flotante de licuefacción (FLNG) en el Golfo San Matías. Este buque, contratado por PAE para operar durante 20 años, comenzaría a exportar GNL en 2027. La integración de este proyecto con el de YPF-Petronas no está confirmada, pero es una posibilidad.
El gobernador subrayó que Río Negro ofrece ventajas significativas para estos proyectos, como una costa con 40 metros de profundidad a solo cinco millas, lo que elimina la necesidad de dragado y lo convierte en un lugar ideal para la industria petrolera.
El panorama competitivo para la inversión en GNL en Argentina está marcado por las estrategias de Río Negro para atraer inversiones mediante incentivos y un entorno favorable para los negocios, mientras que las críticas y respuestas políticas añaden una capa adicional de complejidad al proceso. La oferta de Río Negro y la posibilidad de integración con el proyecto de YPF-Petronas podrían definir el futuro de la industria del gas en la región, en un contexto de rivalidades políticas y económicas. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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