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El conflicto llegó a su punto álgido cuando Marino tuvo que enfrentar a los empleados en una tensa confrontación frente al palacio municipal, donde su discurso encendido y la reacción airada de los manifestantes reflejaron la magnitud del malestar.
La situación en la municipalidad de Patagones está al borde del estallido. La reciente propuesta salarial, impuesta por decreto por el intendente Ricardo Marino, ha sido duramente rechazada por los gremios, desatando un ola de descontento entre los trabajadores municipales. El conflicto llegó a su punto álgido cuando Marino tuvo que enfrentar a los empleados en una tensa confrontación frente al palacio municipal, donde su discurso encendido y la reacción airada de los manifestantes reflejaron la magnitud del malestar.
La tensión se extiende más allá del ámbito municipal, afectando a diferentes áreas y localidades del distrito. En particular, el Hospital de Villalonga se encuentra en el ojo del huracán, con rumores de una posible renuncia de su director, Alberto Lemos. La situación en el hospital se ha deteriorado significativamente debido a una combinación de mala organización, falta de insumos no vitales y la pérdida de profesionales clave.
Gabriela Espinoza, enfermera del hospital, ha alzado su voz para exponer las graves deficiencias en el nosocomio. Espinoza no escatimó en críticas hacia las condiciones de trabajo y la gestión actual: "El interior es quien más afectado está. Hay una falta alarmante de personal, tanto de enfermería como de médicos. El único enfermero que teníamos renunció, y ahora hemos perdido a tres enfermeras más. La precariedad económica y las malas condiciones laborales están llevando a la gente a irse".
Espinoza también destacó problemas críticos en las instalaciones: "Hace poco se cayeron dos consultorios y solo los arreglaron con alambre, sin ninguna refacción adecuada. Los pacientes no tienen calefacción, y hemos pasado días sin sábanas porque las lavadoras están rotas y las notas que enviamos para resolver estos problemas no reciben respuesta".
La situación financiera del hospital también está en crisis, según Espinoza: "Hace tres meses que no se paga a la verdulería que nos provee, y las chicas de la cocina están haciendo milagros para que podamos ofrecer algo de comida a los pacientes".
El descontento generalizado entre los trabajadores y la creciente presión sobre la administración municipal y del hospital reflejan una crisis profunda que requiere atención inmediata. Mientras los empleados luchan por condiciones dignas y una gestión más efectiva, la comunidad de Patagones observa con creciente preocupación el deterioro de servicios esenciales. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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