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Los grafitis, atribuidos a militantes del Partido Obrero (PO), expresan un fuerte rechazo hacia las políticas de ajuste del presidente Javier Milei.
La ciudad de Salta se despertó con un panorama inesperado: más de 1000 pintadas adornaban las paredes de diversos puntos de la ciudad, generando una ola de indignación entre los vecinos y comerciantes. Los grafitis, atribuidos a militantes del Partido Obrero (PO), expresan un fuerte rechazo hacia las políticas de ajuste del presidente Javier Milei.
Las pintadas, que cubren desde murallas hasta comercios, llevan consignas como “1000 Pintadas Contra el Gobierno de Hambre y Represión” y “¡Basta de Persecución Política!”. En un comunicado publicado en las redes sociales de la Unión de Juventudes por el Socialismo en Salta, los militantes de izquierda confirmaron su participación en la acción y convocaron a una expansión de la protesta: “Sumate a pintar las paredes de toda Salta y el país”, llamaron.
La respuesta de la ciudadanía no se hizo esperar. Vecinos y propietarios de comercios expresaron su descontento con esta forma de protesta, considerando que las pintadas no solo alteran la estética urbana, sino que también dañan la propiedad pública y privada. La comunidad ha manifestado su preocupación por el impacto visual y económico que estos actos pueden tener sobre la ciudad, además de la percepción negativa que podrían generar.
El conflicto entre la protesta política y el respeto por el espacio público ha suscitado un debate sobre la legitimidad de estas formas de expresión y su efecto en la vida cotidiana de los habitantes de Salta. Mientras algunos defienden el derecho a la protesta, otros reclaman un equilibrio entre la libre expresión y el mantenimiento del orden y la limpieza urbana. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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