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Este sábado se conoció un encuesta de Poliarquía que preocupó aún más al gobierno. Según el estudio, Javier Milei y su gobierno cayeron un 7 por ciento en la valoración popular, y ya un 29 por ciento dejó de culpar a Alberto Fernández y lo responsabiliza por la crisis económica y el derrumbe de la estructura social.
“Estamos ante un deterioro consistente en la imagen de Javier Milei por la recesión económica y el estilo agresivo”, sentencia el informe, que apunta además que opinión negativa subió 9 puntos, pasando del 45 al 53 por ciento. El índice de Optimismo Ciudadano, por su parte, cayó 8 puntos. "Hay malestar por el aumento de las tarifas de servicios y el transporte. La gente dice que paren con el aumento de la electricidad", asegura la consultora.
En discordancia con el programa del gobierno, aumentó la preocupación social por el desempleo y la caída de ingresos, superando a la inflación. El desempleo está en el tope, con un 18 por ciento, seguido por la inflación que sólo preocupa al 14 por ciento, en tanto el rechazo por los bajos salarios subió al 7 por ciento.
"Si bien la mayoría todavía culpa al sistema político, crece el porcentaje de los que responsabilizan al presidente", concluye el informe respectivo.
Pero, lejos de aprovechar el derrumbe de la aprobación de Milei y de su gobierno, el panperonismo “no la ve”, y profundiza sus internas por la conservación de quioscos y lugares de poder en la interna, en lugar de interpelar a la sociedad en conjunto y canalizar sus preocupaciones.
Cristina Fernández de Kirchner y La Cámpora sólo parecen preocupadas en tumbar a Axel Kicillof, y en evitar que Ricardo Quintela acceda a la presidencia del Partido Justicialista nacional, un lugar que reclaman para alguien propio o algún aliado. Quintela no tiene la capacidad de aglutinamiento de los distintos espacios que componen la interna, y cometió el gravísimo error de solicitarle a Cristina que no se oponga a su pretensión de encabezar el partido a nivel nacional, que se concretará en los próximos días. Esta actitud fue tomada como una demostración de debilidad, tanto por parte de los propios como de los extraños, ya que para los sectores del peronismo que lo respaldan su candidatura era la oportunidad apropiada para tratar de sacarse de encima a la ex presidenta. Ahora parece haberse convertido en un muñeco de paja, al demostrar una debilidad conmovedora.
Inmediatamente pasó a cobrar cuerpo otra movida, promovida por un grupo de senadores, para instalar a la dupla Sergio Uñac - Lucía Corpacci para presidir el PJ. El sanjuanino ya abrió una oficina en Buenos Aires y está bastante lejos de Cristina, mientras que Corpacci mantiene una fluida relación con ella. Algunos auspician esta alternativa por cuentas pendientes con el riojano. Otros, en cambio, apelan a un razonamiento estratégico: en estas condiciones el presidente del partido "no tiene que ser un gobernador", ya que el desfinanciamiento de las provincias podría tener graves consecuencias sociales, que podrían golpear a partido.
"Los senadores estamos más libres frente al gobierno de Milei que los gobernadores", sostienen. Por la inversa, se alega que elegir a un gobernador sobre el resto lo colocaría en situación privilegiada respecto de una eventual candidatura presidencial para 2027. Esta posición de la mayoría de los senadores se contrapone con la de los gobernadores peronistas, que estarían dispuestos a apoyar a un par para sacarle el cuerpo a las balas que necesariamente recibirá quien ocupe ese cargo.
Otra alternativa que se abre es la de Cristina Fernández. En el cierre de la semana, el jefe de la bancada peronista en el Senado, José Mayans -hombre del formoseño Gildo Insfrán-, sostuvo: "A mí me parece que ella tendría que ser la conducción del peronismo".
Desde este sector del peronismo, la opción Cristina significa un blindaje ante una eventual candidatura presidencial de Axel Kicillof en 2027, y a la vez una garantía contra una presunta candidatura de algún cuadro destacado de La Cámpora. Pero se trata de jugar con fuego, porque entregándole la lapicera a Cristina se corre el riesgo de que las candidaturas y composición de las listas incluya a demasiados nombres repudiados por la mayoría de la sociedad.
De este modo, mientras que Milei comienza a desplomarse, el panperonismo mira para otro lado, corriendo el serio riesgo de incrementar el rechazo popular que le llevó a la derrota en 2023. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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