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17 de octubre de 2024 | Internacionales

Cooperación estratégica en Eurasia

Ante la crisis energética, la Organización de Estados Turcos busca consolidarse en el mercado global

Ante la crisis energética global, la Organización de Estados Turcos (OET) busca consolidar su posición en el mercado mundial mediante la cooperación en energía y el fortalecimiento de su infraestructura estratégica para reducir la dependencia de actores externos.

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por:
Anderson N. Riverol

La Organización de Estados Turcos (OET) es un bloque regional compuesto por países que comparten un origen cultural y lingüístico túrquico, incluyendo a Turquía, Azerbaiyán, Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán y, más recientemente, a Turkmenistán y Hungría como observadores. Fundada en 2009, la OET tiene como objetivo fortalecer los lazos culturales y económicos entre los países túrquicos, fomentar la cooperación en áreas estratégicas como la energía y la seguridad, y actuar como un contrapeso geopolítico en la región euroasiática frente a otros poderes globales. Esta organización se ha convertido en un actor relevante en la región debido a su herencia cultural común y su importancia estratégica en las rutas comerciales y energéticas que conectan Europa y Asia.

El papel de la OET en la región es significativo debido a su posición estratégica y a los recursos energéticos que poseen varios de sus países miembros. El bloque busca fomentar la integración regional y asegurar la estabilidad y el desarrollo en una zona marcada por diversidad cultural y rivalidades geopolíticas. Ejemplos de estas tensiones incluyen los conflictos entre Uzbekistán y Kirguistán, las disputas entre Azerbaiyán y Armenia, y la influencia histórica de Rusia en Asia Central.

La cooperación energética se ha convertido en uno de los temas centrales para la OET debido a la importancia de los recursos de la región, tales como el petróleo y gas natural de Azerbaiyán y Kazajistán, el carbón de Uzbekistán, y el potencial de energía renovable en toda la región. Estos recursos son esenciales para la estabilidad económica de los países miembros y fomentan tanto alianzas como competencia por mercados y rutas de exportación. Kazajistán y Azerbaiyán, con sus vastos recursos de petróleo y gas natural, han encontrado en Turquía un nodo estratégico para la distribución de energía, sirviendo de puente entre los mercados de Asia y Europa.

En respuesta a la crisis energética global y la creciente demanda, la OET busca aprovechar sus recursos naturales para consolidar una estrategia que beneficie a sus miembros y reduzca la dependencia de actores externos. Las preocupaciones sobre la seguridad energética y la estabilidad de las rutas de transporte han impulsado a los países miembros a buscar soluciones colectivas que aseguren un suministro continuo y seguro.

La OET trabaja para compartir los recursos energéticos de manera equitativa y eficiente, aprovechando la infraestructura existente y promoviendo nuevas inversiones. Proyectos como la ampliación del gasoducto TANAP y el oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan son ejemplos clave de cómo buscan fortalecer la conectividad energética y asegurar un suministro estable.

Sin embargo, la OET, hoy bajo el mando del secretario General Halil Akıncı, enfrenta varios desafíos importantes. La competencia por el acceso a mercados internacionales, la necesidad de inversión en infraestructura y las tensiones geopolíticas con otros actores son obstáculos que dificultan la implementación de una estrategia energética conjunta. La complejidad de las relaciones bilaterales entre los miembros también presenta obstáculos para acuerdos energéticos duraderos.

La OET promueve proyectos para ampliar la infraestructura de transporte de energía, como la ampliación del oleoducto Asia Central-China, que facilita la exportación de gas natural desde Turkmenistán y Kazajistán hacia China. Asimismo, la extensión del Gasoducto Transanatolio (TANAP) hacia Europa es de gran relevancia tanto para los países exportadores como para los mercados europeos, ya que reduce la dependencia de las rutas controladas por Rusia y mejora la seguridad del suministro energético en el continente. Otros proyectos incluyen la conexión de los yacimientos de Azerbaiyán con Europa y nuevas rutas hacia China, un mercado clave para Asia Central.


Gasoducto Transanatolio.

También se impulsan iniciativas para mejorar la conectividad energética y facilitar la inversión en energías renovables, aprovechando el potencial de la región en energía solar y eólica.

Turquía actúa como puente entre los mercados energéticos de Asia y Europa, y busca convertirse en un centro de distribución de energía con inversiones en infraestructura clave, como el gasoducto TANAP. Por su parte, Azerbaiyán se ha consolidado como uno de los principales proveedores de petróleo y gas natural de la región. El oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan ha sido fundamental para diversificar las rutas de exportación del petróleo, reduciendo la dependencia de Rusia y fortaleciendo los lazos con Turquía y Europa.

La cooperación energética promueve la integración económica y la cohesión política del bloque. Un ejemplo de esto es el desarrollo conjunto del oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan, que ha fortalecido los lazos entre Azerbaiyán y Turquía, creando interdependencias que facilitan la colaboración política.


El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan (Foto: Adem Altan / AFP).

Justamente sobre el gasoducto, Ilham Alíyev, presidente de Azerbaiyán, señaló que el desarrollo de infraestructuras energéticas como el oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan y el gasoducto TANAP no solo fortalece la economía de nuestros países, sino que también consolida nuestra independencia energética, alejándonos de la dependencia de actores externos. Además, Recep Tayyip Erdoğan, presidente de Turquía, destacó que la cooperación energética es la clave para la estabilidad y el crecimiento económico de los países del bloque. Asimismo, afirmó que Turquía está comprometida a actuar como un centro de distribución energética entre Asia y Europa, facilitando así el flujo continuo de recursos para garantizar la seguridad energética de la región. Estas declaraciones revelan el potencial del bloque para ser un factor determinante a corto o mediano plazo.

La cooperación energética dentro de la Organización de Estados Turcos es un componente fundamental para promover la estabilidad económica y la cohesión política del bloque. A través de proyectos conjuntos y la inversión en infraestructura energética, los países miembros buscan reducir la dependencia de actores externos y fortalecer su posición en el mercado global. Para alcanzar el éxito de esta visión, la OET debe superar retos importantes, como la competencia por los mercados internacionales y las tensiones geopolíticas. La paz y la estabilidad regional son elementos cruciales para que los países miembros puedan enfocarse en sus fortalezas y continuar desarrollándose. Si bien existen desafíos, el compromiso mostrado por los líderes de la región y el desarrollo de proyectos estratégicos son claves para una integración futura más sólida, paz y desarrollo en la región euroasiática. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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