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Sobre un corredor peatonal en la cuadra de Bartolomé Mitre donde estaba el boliche ahora se extienden el santuario por las víctimas y numerosas intervenciones artísticas del denominado Pasaje de los Pibes de Cromañón. La zona fue declarada Monumento Histórico Nacional en noviembre de 2023.
Un tradicional cartel verde de señalética pública sobre la esquina de Bartolomé Mitre y Jean Jaures indica: "Pasaje de los Pibes de Cromañón". Desde 2015, cuando se cortó al tránsito la mitad de la traza de esa cuadra de Mitre frente a lo que supo ser el fugaz y trágico boliche, la zona se reconvirtió en un museo a cielo abierto sobre una noche que todavía duele. Hoy 30 de diciembre se cumplen 20 años de aquello.
La parte más fuerte está exactamente al otro extremo del recorrido, en la intersección de Mitre con Ecuador, de cara a Plaza Miserere y a uno de los ingresos principales de la Estación Once. Es donde se ubica el santuario que recuerda a las 194 víctimas fatales con sus nombres y con sus fotos. Allí se configuran también distintos pedidos de justicia, entre ellos una pintada sobre una pared que dice: "La corrupción mata. Nunca más".
Los alrededores de un portón tapiado con ladrillo hueco a mitad de cuadra concentran gran parte de las expresiones artísticas, mayormente murales pero también pintadas más chicas y textos varios. Suelen aparecer en esa zona en particular algunas zapatillas colgadas, incluso en la farola que tiene frente a sí. Arriba de eso, en el primer piso, tres ventanas están tapadas con unas maderas que llevan pintada bien grande y en mayúsculas la palabra "memoria" en sílabas.
Lo curioso es que no son pocos los que confunden ese portón con la entrada al boliche, que en la fatídica noche del 30 de diciembre de 2024 fue a su vez la única salida, convirtiendo el escape en una trampa mortal. Es por eso que un cartel indica con una flecha y el un letrero: "Este fue el ingreso a Cromañón".
En diciembre de 2023 toda la cuadra fue declarada Monumento Histórico Nacional, resolución que en los hechos impide cualquier tipo de modificación edilicia en esa traza y en lo que alguna vez fueron Cromañón y el hotel lindero. Veinte años más tarde, esa noche infame que todavía sigue reclamando justicia nos vuelve como una piña en la médula de la memoria. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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