
Pelota dividida
Los incendios intencionales en la cordillera de Chubut han desatado una crisis que expone la vulnerabilidad de la provincia ante estos ataques.
Los incendios intencionales en la cordillera de Chubut han desatado una crisis que expone la vulnerabilidad de la provincia ante estos ataques. El gobernador Ignacio "Nacho" Torres ordenó que su Gabinete permanezca en la zona afectada, mientras denuncia que los incendios fueron provocados con la intención de sembrar "caos y miedo".
Las declaraciones de Torres se enmarcan en la creciente tensión con grupos que reivindican los atentados. En particular, el mandatario señaló a Facundo Jones Huala, el autoproclamado líder mapuche, quien desde su detención llamó a una "lucha armada" y reivindicó ataques incendiarios. "Es un delincuente que desconoce la soberanía del Estado argentino y promueve la violencia. Sus acciones ya han costado miles de hectáreas y, en El Bolsón, incluso la vida de una persona", acusó el gobernador.
Los incendios se registraron en distintos puntos de la provincia: Epuyén, Atilio Viglione, El Pedregoso y la Estancia Amancay. Torres denunció que ya hay personas identificadas como responsables de estos atentados. Además, apuntó contra el juez federal Guido Otranto, a quien acusó de "mal desempeño" por la demora en desalojos que habrían evitado el agravamiento de la situación. "Parece que toma decisiones para dejarnos regalados ante estos delincuentes, justo en plena temporada de incendios", disparó.
El gobernador también responsabilizó a la gestión nacional anterior, acusándola de "connivencia" con grupos radicalizados, quienes habrían usado la causa indígena para cometer delitos con impunidad. Según Torres, esta permisividad habría facilitado el accionar de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), organización que se adjudicó el ataque a la Estancia Amancay.
El impacto de los incendios es devastador: más de 170 familias perdieron todo, mientras que miles de hectáreas de bosque nativo han sido consumidas por el fuego. En Epuyén, personal de Vialidad Provincial trabaja en la remoción de escombros y limpieza de terrenos para que los afectados puedan reconstruir sus viviendas. Sin embargo, la respuesta estatal sigue siendo insuficiente frente a la magnitud del desastre.
En Atilio Viglione, el incendio ya arrasó 3.800 hectáreas. Aunque las autoridades aseguran que no hay peligro inminente para los habitantes, el avance del fuego es incontrolable. Mientras tanto, en El Pedregoso, seis focos simultáneos continúan activos en terrenos de difícil acceso.
El gobierno provincial insiste en que la ciudadanía y las comunidades indígenas legítimas apoyan la lucha contra los responsables de estos atentados. "No vamos a permitir que siembren el terror en Chubut. Vamos a ir hasta el fondo para meterlos presos", advirtió Torres.
El despliegue de brigadistas, bomberos, Gendarmería y otras fuerzas de seguridad sigue en marcha, mientras se investiga a los autores de los incendios. El ministro de Seguridad, Héctor Iturrioz, reiteró que la prioridad es proteger a las familias afectadas y prevenir nuevos focos.
Con la provincia en llamas y un escenario político cada vez más polarizado, Chubut enfrenta una crisis que no solo es ambiental, sino también institucional. La pregunta que queda en el aire es si el Estado podrá frenar esta escalada de violencia antes de que sea demasiado tarde. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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