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1 de marzo de 2025 | Nacionales

Instituto del Servicio Exterior de la Nación

Tras el falso ajuste en el ISEN, Gerardo Werthein gasta 200 millones en sillas

El canciller de Javier Milei rompió con más de sesenta años de continuidad en la formación de diplomáticos porque quiere “ayudar al equilibrio fiscal”. Pocas horas antes, había aprobado un multimillonario gasto en sillas giratorias nuevas para los despachos.

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El ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Gerardo Werthein, tomó recientemente una decisión que generó gran malestar en los círculos diplomáticos: la suspensión del curso inicial del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN), responsable de la formación de futuros diplomáticos

Esta medida fue justificada por el gobierno con argumentos presupuestarios, en línea con el compromiso de sostener el equilibrio fiscal. Sin embargo, la controversia creció cuando, en simultáneo, la Cancillería lanzó la licitación 26-0011-LPU24 para la compra de 587 sillas giratorias con estructura metálica y tapizado de tela, lo que reaviva el debate sobre las prioridades en el uso de los fondos públicos. Sobre todo al considerar que la cartera siempre ha tendido a ocupar una baja proporción del presupuesto nacional (actualmente es del 0,3 por ciento). 

Funcionarios del Palacio San Martín confirmaron que, en efecto, durante el 2025 se esperaba una reducción en la cantidad de ingresantes en el ISEN. "El año pasado tuvimos 22 ingresantes en el instituto, y este año esperábamos entre 5 y 8", confirmaron. El ajuste, sin embargo, no habría tenido representación alguna en el gasto presupuestario estimado en el gobierno para este año. Fuentes del ISEN explicaron que reducir o eliminar la matrícula del histórico instituto tiene un escaso impacto financiero. "El gasto en profesores, servicios públicos e infraestructura se tiene que hacer igual por los estudiantes de los años superiores, por lo que un ingreso de 20 chicos nuevos no hace ninguna diferencia", advirtieron. 

Desde el Palacio San Martín, distintas fuentes reconocen la preocupación por el impacto que la suspensión del curso del ISEN podría tener en el servicio exterior de la nación. Esta medida rompe con más de sesenta años de continuidad en la formación de diplomáticos y afecta directamente la renovación de cuadros en la Cancillería.

En una nota interna enviada a la subsecretaria de Administración, María Cristina Dellepiane, el director de Recursos Humanos, Claudio Gutiérrez, argumentó que, tras un "análisis detallado de la dotación de personal y de las necesidades funcionales del servicio exterior de la nación en el actual contexto administrativo y presupuestario", se decidió no realizar el curso de ingreso para nuevos aspirantes.

Casi al unísono, la dirección de Compras y Contrataciones del ministerio que conduce Werthein llevaba a cabo la apertura de ofertas por las más de quinientas sillas. En promedio, las propuestas de las empresas oscilaron entre los 140 y los 293 millones de pesos.

En 2023, ingresaron 22 jóvenes de entre 21 y 35 años al instituto. “Por increíble que resulte, el canciller va a gastar mucho más en renovar las sillas que lo que hubiera invertido en preparar a nuestros futuros diplomáticos. Esto habla mucho de las prioridades del gobierno”, advirtieron desde el Palacio San Martín. Sin embargo, este año, la Cancillería sostiene que la estructura actual de diplomáticos es suficiente para atender las necesidades del servicio sin requerir incorporaciones adicionales. Esta afirmación es controvertida, ya que se estima que un número significativo de funcionarios alcanzará la edad de retiro en 2027, lo que podría generar un vacío en la estructura diplomática.

En los pasillos de la Cancillería, algunos diplomáticos admiten que esperaban una reducción en el cupo de ingresantes, pero no una suspensión total. También se argumenta que el presupuesto del ministerio es uno de los más bajos del país y que el ahorro generado por esta medida es marginal en comparación con otros gastos del estado. De hecho, el anuncio de la compra de casi seiscientas sillas para la Cancillería no hace más que aumentar las críticas sobre la real necesidad de cancelar el ingreso de nuevos diplomáticos por razones económicas.

Desde la Asociación Profesional del Servicio Exterior de la Nación (APSEN) deslizaron la posibilidad de plantear formalmente los reparos a esta decisión ante el canciller Werthein. Por lo pronto, la suspensión del ISEN también se enmarca en un contexto de ajustes dentro de la Cancillería, que incluyen la fusión y cierre de embajadas argentinas en el exterior y la designación de "embajadores comerciales para inversiones y desarrollo estratégico", una figura recientemente creada por decreto para atraer inversiones al país. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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