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En una entrevista con RADIO REALPOLITIK FM, Nicolás Pasquali, el primer argentino en dar la vuelta al mundo, compartió su experiencia única y las lecciones que aprendió en su travesía. En un relato apasionante, reflexionó sobre los desafíos, obstáculos y momentos de generosidad que encontró durante su aventura.
Sobre el origen de su sueño, Nicolás Pasquali destacó que la idea comenzó desde una simple curiosidad. "Todo comenzó con la pregunta: ¿Qué debo hacer para conocer todos los países del mundo?". Aunque al principio parecía una meta casi imposible, se dio cuenta de que, a pesar de la dificultad, había un grupo pequeño de personas que lo había logrado. "En ese momento había trescientas personas que habían visitado todos los países, pero más gente había ido al espacio, lo que me hizo pensar que tal vez no era tan posible, pero igual lo iba a intentar".
A lo largo de su viaje, Pasquali enfrentó desafíos que iban desde barreras culturales hasta situaciones extremas. "Enfrenté obstáculos en muchos países. Algunas situaciones las elegí, otras fueron accidentes, pero lo que más me dejó de estos años es la fortaleza psicológica", afirmó. A pesar de todo, subrayó que su historia es mucho más que un simple viaje; es un testimonio de que los sueños se pueden cumplir con perseverancia y confianza en uno mismo.
Uno de los aspectos que más impactó a Pasquali durante su recorrido fue la generosidad de la gente. "Me sorprendió encontrar culturas tan distintas que me recibieron con los brazos abiertos. En Buenos Aires, por ejemplo, es raro recibir a alguien en tu casa sin conocerlo, pero en África y el Medio Oriente, la gente lo hacía sin pensarlo. Esa generosidad me enseñó mucho sobre hasta dónde puede llegar el corazón humano".
El viaje de Pasquali lo llevó a países con historias y realidades muy diferentes. De lugares como Turkmenistán, una dictadura hermética, a destinos más acogedores como Etiopía y Tanzania, donde destaca la cultura única. Sin embargo, destacó que muchos países tienen "dos caras": "Hay lugares como Nigeria, donde la riqueza del petróleo convive con una pobreza extrema y el terrorismo. Me sorprendió cómo, en un mismo país, puedes ver tanto contraste".
Al finalizar, Pasquali reflexionó sobre lo que estos años de viajes le dejaron. "Viajando, uno no solo conoce nuevos lugares, sino que cambia su perspectiva sobre el mundo. Aprendí que la generosidad no tiene precio, que hay más bondad de la que creemos y que todos podemos ser un poco mejores si lo intentamos". Para él, el viaje no solo es sobre los destinos, sino sobre lo que podemos aprender de las personas y las culturas que encontramos en el camino. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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