
Cultura
Viviana Aguirre, diputada suplente y referente de Viví en Libertad, se plantó contra la represión a jubilados y denunció el blindaje mediático y la criminalización de la protesta, en el gobierno de Javier Milei.
En medio del estallido social que sacudió las calles de Buenos Aires el día de ayer, cuando una manifestación pacífica en defensa de los jubilados terminó con 150 detenidos, decenas de heridos y un fotoperiodista al borde de la muerte, la diputada nacional suplente Viviana Aguirre salió al cruce del relato oficial con una consigna que resume su posicionamiento político: “Argentina es del pueblo… no de las porras”.
Aguirre, referente del espacio político Viví en Libertad, recorrió los pasillos del Congreso con una postura firme: no hay democracia posible sin justicia social, y en la calle no hubo intento de golpe sino "un pueblo golpeado que salió a defender lo poco que le queda". En su mirada, la represión fue más que una reacción: fue un mensaje disciplinador hacia los sectores más vulnerables.
Durante su recorrida por el país, la diputada ha puesto en el centro de la agenda las demandas de los jubilados, los veteranos de Malvinas y los profesionales de la salud. Pero esta vez, la violencia ejercida por el estado contra los manifestantes la llevó a redoblar la apuesta. “La gente acompaña y la policía agrede. Algunos medios ensobrados no muestran la realidad. Basta de silencio”, sentenció Aguirre, en clara alusión tanto al blindaje mediático como al accionar represivo avalado por el gobierno de Javier Milei.
Mientras desde la Casa Rosada se hablaba de “una mafia financiada”, “barras bravas” y “narcopolítica”, Aguirre eligió caminar entre la gente. Escuchó el relato de adultos mayores golpeados, estudiantes gaseados, médicos perseguidos por brindar asistencia. Lejos de las conferencias de prensa, su realpolitik se construye en el territorio, en el contacto con las víctimas.
Viviana Aguirre ha hecho de su postulación una herramienta de amplificación para las voces que el poder prefiere callar. En ese sentido, su vínculo con los veteranos de la Guerra de Malvinas cobra un nuevo sentido: no es sólo homenaje, es memoria activa. “Viviana Aguirre: una voz para los héroes de Malvinas”, rezaba el cartel que ella misma sostuvo.
Su respaldo también se extiende a los médicos argentinos, a quienes ha acompañado en su lucha por mejores condiciones laborales y reconocimiento profesional. En un sistema de salud desfinanciado, su compromiso con los trabajadores de guardapolvo blanco es un acto político en defensa de la salud pública.
Mientras Milei hablaba de “fenómenos barriales” con economistas de Wall Street y su vocero atacaba con frases macartistas a toda la oposición, Viviana Aguirre caminaba entre gases lacrimógenos y abrazaba a los abuelos empujados por las topadoras del ajuste. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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