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La amortiguación es un factor crucial al elegir zapatillas de running, ya que influye directamente en la comodidad, el rendimiento y la prevención de lesiones. Unas zapatillas con la amortiguación adecuada pueden hacer la diferencia entre una carrera placentera y una experiencia dolorosa.
El running, o correr, es un deporte que ha ganado popularidad en todo el mundo debido a su sencillez, accesibilidad y múltiples beneficios para la salud. En el caso de los corredores experimentados, aumenta la salud cardiovascular ya que fortalece el corazón y mejora la circulación sanguínea.
Su práctica no solo reduce el riesgo a sufrir de enfermedades cardiovasculares y de origen circulatorio. También mejora la eficiencia del sistema respiratorio aumentando la capacidad pulmonar, así como también ayuda a controlar el peso ya que es una actividad aeróbica que resulta eficaz para quemar calorías y mantener un peso saludable.
Si usamos el calzado correcto, como puede ser el ejemplo de las zapatillas Gravity, también genera beneficios a nivel muscular ya que aumenta su masa porque mientras se practica este deporte se trabaja diversos grupos musculares, especialmente las piernas, glúteos y abdomen.
Así mismo, está comprobado que también trae beneficios a nivel óseo, tales como aumentar la salud de las rodillas y los tobillos, aumentar la densidad ósea, y hasta reducir el riesgo de osteoporosis.
Pero es un deporte que no sólo brinda beneficios físicos, sino que también es valioso aliado de nuestra salud mental. En sintonía, se sabe que reduce el estrés y la ansiedad al liberar endorfinas (las hormonas de la felicidad), mejora el estado de ánimo y la calidad del sueño.
Las zapatillas de running adecuadas son fundamentales para prevenir lesiones y mejorar el rendimiento. La ropa cómoda y transpirable es esencial para una experiencia agradable.
Una buena técnica de carrera ayuda a darte estabilidad y así prevenir lesiones, lo cual se verá reflejado en la mejora de la eficiencia. Es importante mantener una postura erguida, una zancada adecuada y una respiración controlada.
Es recomendable comenzar con sesiones cortas y de baja intensidad, aumentando gradualmente la duración y la intensidad.
La variedad en los entrenamientos, incluyendo carreras largas, carreras de velocidad y entrenamientos de fuerza, ayuda a mejorar el rendimiento y prevenir el aburrimiento.
Por todo lo mencionado, el running es un deporte accesible para personas de todas las edades y niveles de condición física. Se puede practicar en cualquier lugar, ya sea en la calle, en el parque o en la montaña.
Inclusive, también se puede practicar en solitario o en grupo y puede ser una excelente manera de mantenerse motivado y socializar.
Las zapatillas de running influyen de manera significativa en el rendimiento, la comodidad y la prevención de lesiones de un corredor. Pero aquí te detallamos algunas condiciones que debes tener en cuenta para comprar el calzado de entrenamiento correcto.
Las zapatillas adecuadas absorben el impacto de cada pisada, reduciendo la tensión en las articulaciones, especialmente en rodillas y tobillos. Esto es crucial para prevenir lesiones por sobrecarga, como la fascitis plantar o la tendinitis.
Las zapatillas proporcionan estabilidad lateral, evitando movimientos excesivos del pie y el tobillo que podrían causar torceduras.
El soporte adecuado es especialmente importante para los corredores de acuerdo a cada tipo de pisada, con pronación (pie que se inclina hacia adentro) o supinación (pie que se inclina hacia afuera).
El diseño de las zapatillas, incluyendo el drop (diferencia de altura entre el talón y la punta), influye en la biomecánica de la zancada. Unas zapatillas adecuadas pueden mejorar la eficiencia de la carrera, permitiendo al corredor ahorrar energía y mejorar su rendimiento.
Unas zapatillas cómodas evitan rozaduras, ampollas y otros problemas que pueden interrumpir la carrera.
Las zapatillas ligeras permiten correr más rápido, mientras que las zapatillas con mayor amortiguación son ideales para carreras largas. Las nuevas tecnologías en las zapatillas de running, ayudan a mejorar las marcas de los corredores.
Antes de elegir unas zapatillas de running, es fundamental comprender tu tipo de pisada y tus necesidades específicas.
Tipos de pisada
Puedes realizar una prueba de pisada en una tienda especializada o analizar el desgaste de tus zapatillas actuales. Conocer tu tipo de pisada te ayudará a elegir zapatillas con la estabilidad y el soporte adecuados.
Los corredores más pesados o aquellos que corren largas distancias requieren mayor amortiguación. Los principiantes también pueden beneficiarse de una mayor amortiguación para reducir el impacto en las articulaciones.
El terreno en el que corres (asfalto, tierra, montaña) y la distancia que recorres influyen en el tipo de amortiguación que necesitas. Para carreras largas en terrenos duros, busca zapatillas con máxima amortiguación.
La amortiguación es un aspecto de suma importancia en las zapatillas de running, y en la actualidad, se logra a través de diferentes tecnologías y materiales.
La mediasuela es la parte de la zapatilla que proporciona la amortiguación. Materiales como el EVA (etilvinilacetato) y el poliuretano (PU) son comunes en las mediasuelas.
Las marcas utilizan tecnologías patentadas, como la tecnología Boost de Adidas o la tecnología GEL de Asics, para mejorar la amortiguación y el retorno de energía.
El drop es la diferencia de altura entre el talón y la puntera de la zapatilla. Un drop más alto proporciona mayor amortiguación en el talón, mientras que un drop más bajo favorece una pisada más natural.
En síntesis, comprar zapatillas con la amortiguación adecuada es esencial para disfrutar de una rutina de running cómoda, segura y eficiente. Al comprender tu tipo de pisada, conocer las características clave de la amortiguación y probar diferentes opciones, podrás encontrar las zapatillas perfectas para alcanzar tus objetivos.
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