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Javier Pérez, más conocido como Doctor Chinaski, conversó con REALPOLITIK TELEVISIÓN (www.realpolitik.tel) sobre el humor, la angustia y el impacto de la hiperconectividad en la sociedad. Reflexionó sobre la influencia de las redes sociales, la vigilancia digital y cómo la ideología moldea el pensamiento sin que seamos conscientes de ello.
"Sigmund Freud decía que el chiste es lo opuesto a la angustia porque es inventarse una salida donde no la hay. La angustia es cuando no hay salida, cuando no hay palabras que te salven del abismo", explicó Doctor Chinaski sobre la importancia del humor en la vida cotidiana. Además, subrayó que el psicoanálisis es una herramienta fundamental para entender el malestar humano y aprender a transitarlo.
Sobre la sociedad actual, advirtió que "sentir tiene mala prensa" y que muchas emociones son vistas negativamente. "Si alguien entra en contacto con su tristeza, lo llamamos depresivo. Si alguien se entrega a la exaltación de una alegría, lo llamamos maníaco. Nos pretenden máquinas, y nos exigimos vivir como tales", señaló, al tiempo que criticó la tendencia de las personas a definirse en términos tecnológicos: "Decimos 'estoy enchufado', 'estoy fundido', 'estoy activo', como si fuéramos electrodomésticos".
Uno de los puntos clave de la entrevista fue el análisis de la hiperconectividad y la constante exposición en redes sociales. "Ese es el chiste de este régimen de dominación bien llamado infocracia. La particularidad de este nuevo panóptico digital es que ya no solo vigila desde afuera los comportamientos, sino que tiene acceso a nuestros pensamientos. Pero el control es más eficaz porque es el propio individuo quien expone su vida sin percatarse de que está siendo vigilado", explicó.
En esta lógica, remarcó el papel de la ideología en la construcción del pensamiento: "La ideología triunfa cuando vos pensás que lo que pensás lo pensaste vos. Incluso cuando estás reproduciendo un estribillo en contra de tu propia clase social".
Consultado sobre la posibilidad de desconexión en esta era de hiperconectividad, Doctor Chinaski fue contundente: "No nos podemos salir de esa lógica. Algunos tienen redes, otros no, pero las redes te tienen a vos". También, destacó la importancia del psicoanálisis como una "práctica del despertar" que permite a las personas "despertar del sueño de que esa ficción en la que estás es lo real y entender que podés armar una ficción más interesante para vos y para tu vida".
"Hoy parece que tenemos que ser perfectos, tener el control y la seguridad de un otro que nos excede", planteó el psicoanalista. En este sentido, advirtió que la ideología dominante impone un discurso individualista que borra las singularidades. "El capitalismo va a contrapelo del amor, porque el amor es al uno por uno, es reconocer y querer los detalles más particulares del otro", sostuvo.
Doctor Chinaski también abordó cómo el lenguaje y ciertos discursos instalados influyen en nuestra manera de vincularnos. "Hoy se promueve mucho el cuento de la semejanza, el poner al propio yo como modelo del mundo. Se habla de empatía como si fuera ponerse en el lugar del otro, pero en realidad termina dejando al otro sin lugar", explicó. Asimismo, criticó la naturalización de frases hechas como "estoy en una" o "fingir demencia", porque, según su perspectiva, impiden la comunicación genuina y desresponsabilizan a las personas de sus actos.
En relación al amor propio, fue tajante: "Nos venden que hay que empoderarse, pero lo que hay que hacer es poder vérsela con la propia fragilidad. El amor es un encuentro entre rotos, no entre empoderados". Y sobre el individualismo exacerbado, agregó: "Nos dicen 'amate a vos mismo', pero con tanta gente interesante en el bar, amarse a uno mismo parece una condena".
Sobre la dificultad de aceptar el desencuentro en el amor, el entrevistado señaló que "estamos en la era del triunfo del yo, y el yo es un obstáculo para el amor. El amor necesita de la diferencia, de la otredad, pero hoy se busca que el otro sea una extensión de uno mismo". Así, planteó que la sociedad actual tiende a evitar el conflicto y la diferencia, lo que dificulta la posibilidad de construir vínculos profundos y genuinos.
Por último, el psicoanalista reflexionó sobre los duelos y la necesidad de transitar el dolor sin recetas preestablecidas: "Cuando se termina un amor, no solo perdemos a la persona amada, sino también aquello que ese amor había inventado en nosotros. Y eso es lo más doloroso". En ese sentido, criticó la burocratización del duelo y remarcó que cada quien lo atraviesa a su manera. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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