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Tras incontables denuncias por irregularidades en la administración del hospital Blas L. Dubarry de Mercedes, los concejales libertarios pidieron una auditoría y se toparon con particulares acuerdos que entorpecieron su petición: el radicalismo votando con el kirchnerismo otra vez.
El hospital Blas Dubarry, principal centro de salud de la ciudad que gobierna el camporista Juan Ignacio Ustárroz, lleva años en el ojo de la tormenta por su deplorable estado y las constantes denuncias de mala praxis. A mediados de marzo, los concejales de La Libertad Avanza (LLA), Mauricio Pollacchi y Silvia Di Leo, impulsaron un proyecto para realizar una auditoría integral que permitiera esclarecer la situación administrativa y médica del nosocomio.
La iniciativa surgió tras incontables reclamos de vecinos que señalaban desde techos que se caen a pedazos –literalmente– hasta falta de equipamiento esencial, como en el área de Neonatología, y una atención desbordada por la confusión entre urgencias y emergencias.
En Mercedes presentamos un proyecto donde solicitamos a Salud de PBA la realización de una auditoría integral al hospital zonal provincial Blas Dubarry. UXP y la UCR votaron en contra. En su lugar cambiaron el articulado y solicitan una “evaluación”, los UCR entraron con JXC ????????♂️ pic.twitter.com/1LGKr6R9YH
— Mauricio Pollacchi (@mpol1983) March 26, 2025
El pedido de auditoría, presentado como una herramienta para "mejorar el sistema de salud en Mercedes", buscaba transparentar el manejo de los fondos públicos y el funcionamiento del hospital, que depende del gobierno de la provincia de Buenos Aires pero impacta directamente en la vida de los mercedinos. Pollacchi explicó entonces: "Estamos solicitando una auditoría integral, tanto administrativa como médica, para que los vecinos podamos conocer en qué estado se encuentra el hospital y cómo está funcionando. Recibimos múltiples consultas y declaraciones de vecinos que han tenido algún tipo de inconveniente, pero sin acceso a la información, es difícil esclarecer los hechos".
Por su parte, Di Leo, con experiencia en el ámbito sanitario, destacó problemas estructurales: "Neonatología es una cáscara. Tiene médicos y enfermeros de buena calidad, con excelente formación, pero no pueden trabajar porque no tienen la aparatología necesaria. Cada vez que hay un embarazo de riesgo, lo tienen que derivar".
Sin embargo, lo que parecía ser un paso firme hacia la transparencia se topó con un muro de resistencia. En una sesión reciente del Concejo Deliberante, el proyecto original de LLA fue desvirtuado por una maniobra conjunta entre Unión por la Patria (UxP) y los concejales de la Unión Cívica Radical (UCR), quienes transformaron la solicitud de auditoría en una mera "evaluación". Este cambio, lejos de ser un tecnicismo, tiene implicancias profundas: mientras una auditoría implica un análisis exhaustivo con herramientas concretas para detectar irregularidades, una evaluación es un procedimiento más superficial y limitado. "No es lo mismo", enfatizó Pollacchi, quien no dudó en señalar que "pareciera que quieren ocultar algo".
El epicentro de la controversia recae en una alianza inesperada que generó revuelo en Mercedes: la complicidad entre el kirchnerismo y el bloque radical, liderado por figuras como Aida Laporta, concejal de la UCR, y su hijo Julián Inzaurgarat, de UxP. Esta dupla madre e hijo simboliza una connivencia que trasciende las diferencias ideológicas aparentes y pone en jaque la transparencia institucional. Junto a Laporta, otros ediles radicales como Débora Lacasa y Daniel Ivaldis también habrían acordado con el oficialismo kirchnerista para evitar que las irregularidades del hospital Dubarry salgan a la luz.
Según fuentes de LLA, el temor radica en que una auditoría revele el destino de los fondos enviados al hospital, muchos de los cuales podrían estar siendo desviados o mal utilizados, mientras el lugar permanece lleno de cooperativistas de movimientos sociales, amigos, militantes y en un estado de deterioro alarmante.
Pollacchi, visiblemente indignado, cuestionó a sus pares radicales tras la sesión: "Votan automáticamente con el kirchnerismo en todo lo que presentan". Calificó su postura como "desdibujada" y apuntó especialmente a Ivaldis, mientras criticó a la presidente del Concejo, Mariana San Martín, por permitir un manejo desigual del debate que favorece al oficialismo. "Los mercedinos elijan representantes que sean leales al voto con el que llegaron a sus bancas", advirtió, recordando el antecedente de Juntos por el Cambio, que "cometió el grosero error de incluir dos concejales kirchneristas en la última elección".
El trasfondo de esta maniobra parece claro para los ediles que responden a Javier Milei: evitar que se expongan las falencias del hospital implicaría proteger intereses políticos y económicos. El establecimiento, según denuncias, fue destrozado por la militancia y está lejos de cumplir con las necesidades básicas de la población. La falta de equipamiento en áreas críticas como Neonatología, donde no se pueden atender partos prematuros de menos de 35 semanas, y la sobrecarga en emergencias son solo algunos ejemplos del colapso. "Se están gastando recursos en cosas que no funcionan y se podrían utilizar mejor", se quejó Di Leo en marzo, cuando aún había esperanzas de que la auditoría prosperara.
La complicidad entre Laporta, su hijo Inzaurgarat y el resto del bloque radical con el kirchnerismo no solo frustra las expectativas de los vecinos, sino que pone expone un acuerdo de protección mutua. Mientras los techos del Dubarry se desploman y los pacientes sufren las consecuencias de un sistema de salud en crisis, la alianza entre radicales y kirchneristas -disfrazada de diferencias ideológicas- perpetúa un statu quo que beneficia a unos pocos y sigue perjudicando a la mayoría. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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