Incertidumbre laboral en Caminos del Río Uruguay S.A.: “Nos están dejando en la calle sin indemnización"

“El contrato de Caminos del Río Uruguay S.A. finaliza este miércoles a la hora cero. Vialidad Nacional toma posesión y 500 trabajadores nos quedamos sin empleo”, comenzó Dos Santos. Y explicó que, además de quedarse sin su fuente laboral, “la empresa nos dice que no tiene dinero para pagar las indemnizaciones”.

En ese sentido, aseguró que los argumentos de la empresa son injustificables: “Caminos del Río Uruguay facturó 1.300 millones de pesos sólo en la primera estación de peaje del puente Zárate-Brazo Largo, donde yo trabajo, y dice que no puede pagarnos. Es una burla”.

Consultado por las gestiones realizadas, el delegado señaló que “se hicieron todos los reclamos posibles a través del sindicato, pero la respuesta fue siempre no”. A pesar de que aún quedan cautelares por resolverse, Dos Santos afirmó que “el escenario es muy cerrado, nos consideran descartables”.

“Yo tengo 60 años y 28 años de servicio en la empresa. ¿Dónde voy a conseguir empleo ahora?”, se preguntó conmovido. “Me ofrecieron pagarme el 7 por ciento de la indemnización, ¿te das cuenta? Es una cargada”, lamentó.

El delegado también apuntó contra la falta de respuesta por parte de Vialidad Nacional: “No tienen intención de renovar el contrato ni de reubicarnos. Somos rehenes de una disputa entre empresas y el estado”.

“Esto es la punta del ovillo”, advirtió, y anticipó que la situación podría replicarse en otras concesiones: “Hoy nos toca a nosotros, pero en seis u ocho meses va a pasar con Corredores Viales S.A., que está en todo el país. Por eso hoy están acompañando nuestra protesta”.

La medida de fuerza, iniciada este miércoles, implica peajes liberados en rutas nacionales y será por tiempo indeterminado: “Hasta que no se llame a una conciliación obligatoria, no se va a levantar”.

Finalmente, Dos Santos expresó su angustia: “Ayer fue desgarrador. En la asamblea, cuando nos dijeron que la jueza no dio lugar al pedido del sindicato, todos llorábamos. Yo le dije a un colega: ‘Espero que hoy me moje la lluvia y no las lágrimas’. Y terminé llorando como una criatura”.

“Mi hijo también trabaja conmigo en la empresa. Él quizás tenga chances, pero para mí ya es tarde para empezar de nuevo. Nos están dejando en la calle y sin una palabra oficial. Ni siquiera nos mandaron un telegrama de despido”, concluyó. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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