
Provincia
María Sol Alzu, analista de datos del Observatorio Argentinos por la Educación, analizó el fenómeno de la segregación escolar en el país. Expuso cómo se ha agudizado la desigualdad entre las escuelas estatales y privadas en los últimos diez años, y alertó sobre el incumplimiento sostenido de la ley de Financiamiento Educativo.
"En este informe analizamos la segregación escolar en la última década a partir de datos de las pruebas PISA. Estas pruebas internacionales nos permiten compararnos también con otros países de la región", explicó María Sol Alzu.
Sobre la definición del fenómeno, puntualizó: "La segregación escolar es básicamente cómo se distribuyen los estudiantes según su nivel socioeconómico entre y dentro de las escuelas, es decir, cuánto se mezclan o no los chicos de distintos niveles". En ese marco, indicó que América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo, y que dicha desigualdad también se refleja en el sistema educativo.
"Argentina tiene niveles intermedios de segregación, pero mayores que los de países más desarrollados. En nuestro país, esta segregación está muy marcada por el tipo de gestión de la escuela: si es estatal o privada", señaló.
Una particularidad local es la presencia extendida de escuelas privadas con subvención estatal, lo que configura una diferencia sustancial con otros países de la región: "En muchos lugares, las escuelas privadas son muy caras y accede solo una parte ínfima de la población. En cambio, en Argentina existe la figura de la escuela parroquial o pública de gestión privada, y eso también moldea el panorama de la segregación", explicó.
Además, Alzu advirtió que esta segmentación educativa se ha acentuado en los últimos diez años: "El chico de nivel socioeconómico alto que va a una escuela privada es ahora más rico que antes, y el chico de nivel bajo que va a una escuela pública es más pobre. Esto amplifica la brecha", lamentó.
Consultada sobre el financiamiento educativo, la especialista fue contundente: "Desde 2006 existe una ley que establece que se debe invertir el 6 por ciento del PBI en educación. Sin embargo, solo se cumplió en tres oportunidades: 2009, 2013 y 2015". Actualmente, el nivel de inversión ronda el 4 por ciento: "Parece poco, pero es el 66 por ciento de lo que debería ser, una diferencia enorme", subrayó.
"De cada 10 pesos que se invierten en educación, 9 se destinan a salarios docentes –que igual son bajos– y solo 1 a infraestructura, política educativa y otras necesidades básicas", explicó. También señaló que parte del presupuesto se utiliza para subsidiar escuelas privadas, algo que viene en aumento.
En cuanto al acceso, Alzu destacó que Argentina tiene buenos índices de cobertura escolar: "Prácticamente el 100 por ciento de los chicos están inscriptos en la primaria y el 94 por ciento en la secundaria", celebró. Sin embargo, alertó que no existen datos suficientes para evaluar el ausentismo, la deserción o el seguimiento del ciclo lectivo.
A la hora de hablar de resultados concretos, los datos son más preocupantes: "Solo 45 de cada 100 chicos llegan al final de la primaria en tiempo y forma, es decir, sin repetir ni abandonar y con los conocimientos necesarios. En secundaria, ese número baja a 13 de cada 100", alertó.
Finalmente, consideró: "El contexto socioeconómico tiene un peso enorme: desde la alimentación y el transporte hasta los útiles y la ropa. Todo influye en la permanencia y el aprendizaje de los estudiantes". (www.REALPOLITIK.com.ar)
ETIQUETAS DE ESTA NOTA
¿Qué te parece esta nota?
MÁS NOTICIAS