
Nacionales
Marcelo García, exconcejal con denuncias por abuso sexual y violencia, reaparece como operador clave de La Libertad Avanza en Moreno, protegido por una red de favores políticos, cargos bien remunerados y vínculos con barras bravas.
La política de Moreno vuelve a estar envuelta en un nuevo escándalo. El protagonista esta vez es Marcelo Javier García, exconcejal y exfuncionario de Alberto Fernández, con un prontuario que incluye abuso sexual, episodios de violencia institucional, y una trayectoria plagada de acomodos políticos. Hoy, García reaparece en el escenario como uno de los brazos ejecutores del polémico Ramón “Nene” Vera, operador clave de La Libertad Avanza en la primera sección electoral. Todo indica que su función sería clara: controlar disidentes y garantizar obediencia interna, sin importar los medios.
García es un viejo conocido del entramado peronista local. Durante el mandato de Walter Festa como intendente de Moreno, fue protegido político y, cuando enfrentó denuncias graves de abuso y violencia, fue blindado judicialmente gracias a una fuerte inversión: Festa contrató al mediático abogado Miguel Ángel Pierri para su defensa, buscando evitar su caída en desgracia.
Sin embargo, la presión social y mediática fue tal que García debió renunciar a la presidencia del Concejo Deliberante de Moreno tras un episodio de violencia dentro del recinto y la denuncia de una empleada municipal por abuso sexual. La causa contiene detalles escalofriantes: según consta en la denuncia judicial, García bajó sus pantalones y expuso su miembro erecto, obligando a la víctima a tocarlo mientras la besaba por la fuerza. Luego le habría dicho: “Esto queda acá”.
Lejos de pagar consecuencias, García fue premiado. Tiempo después, consiguió un cargo político en la Casa de Tierra del Fuego en Buenos Aires, gracias a su pertenencia a la agrupación Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA), liderada por Gustavo López (exautoridad del Ente Nacional de Comunicaciones) y afín al gobernador fueguino Gustavo Melella. Junto a él, Ingrid Estefanía Flessa, su actual pareja y dirigente política, también fue designada en un cargo jerárquico en la provincia patagónica.
Ambos fueron nombrados mediante el decreto 187/2020, sin que se conozcan las funciones reales que debían cumplir. Según fuentes locales, su desembarco en la administración fueguina tuvo una única finalidad: darles asilo político y cobertura salarial.
Según registros oficiales, hasta 2023 Ingrid Flessa percibía un salario del gobierno de la provincia de Tierra del Fuego (gracias a su vínculo con Melella), mientras que actualmente cobra un contrato de la municipalidad de Moreno, donde se desempeña en calidad de concejal con un sueldo que ronda los 2 millones de pesos mensuales.
De pasado kirchnerista, Flessa integra el bloque de concejales de La Libertad Avanza en Moreno, donde habría sido colocada por pedido de Ramón Vera. Según fuentes del espacio, su rol político sería completamente subordinado: “Acata todo lo que le dice el ‘Nene’ Vera”, aseguran.
Hoy, Marcelo García trabaja codo a codo con Ramón Vera en el armado de La Libertad Avanza en la primera sección electoral, donde su tarea principal sería la de garantizar el orden interno y “disciplinar” a los sectores disidentes. A tal fin, estaría actuando como intermediario con barras bravas del Club Atlético San Lorenzo de Almagro y Deportivo Merlo, en lo que ya se conoce dentro del espacio como la fuerza de choque del operador Sebastián Pareja.
“El que no es de Pareja, no es de nadie”, afirman fuentes internas del espacio libertario en relación a los métodos utilizados por este grupo, donde García es el encargado del trabajo menos querido. El acuerdo con Vera incluiría el mantenimiento del cargo político de su esposa a cambio de activar a los barras donde se lo ordene.
Vale destacar que García también integró el gobierno nacional durante la gestión de Alberto Fernández: fue titular de la Unidad Gabinete de Asesores del ministerio de Desarrollo Social, donde respondía directamente a la ministra Victoria Tolosa Paz. Su paso por esa cartera ocurrió mientras seguía enfrentando las causas judiciales que lo persiguen desde su gestión como concejal en Moreno.
Con un pasado ligado al kirchnerismo, un presente al servicio del libertarismo, una denuncia por abuso sexual, vínculos con barras bravas y protegidos por cargos públicos sin funciones claras, Marcelo García y su entorno representan una postal cruda de la impunidad estructural de la política argentina. (www.REALPOLITIK.com.ar)
ETIQUETAS DE ESTA NOTA
¿Qué te parece esta nota?
MÁS NOTICIAS