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Andrea Guacci, fundadora del Frente de Mujeres Argentinas contra las Falsas Denuncias de Género, dialogó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) sobre una problemática que, según denunció, crece en silencio y con graves consecuencias sociales.
Andrea Guacci comenzó a involucrarse en esta causa como “víctima indirecta” de una falsa denuncia. En el camino, según contó, se encontró con una red de personas que atravesaron situaciones similares: “Encontré a un montón de personas que han empatizado con la causa, siendo víctimas directas o simplemente conociendo la problemática. Es un verdadero flagelo social”.
A partir de su experiencia, Guacci fundó el Frente de Mujeres Argentinas contra las Falsas Denuncias de Género y desde allí ha recopilado cientos de casos a nivel nacional e internacional. “Tenemos contacto con personas en Washington, Londres, Australia, España. Es increíble lo que significan las falsas denuncias a nivel mundial, pero se habla poco, por miedo. Ese pánico al hablar hizo que este delito avance de manera criminal”.
Para la referente, muchas de estas denuncias se vinculan con separaciones conflictivas: “En una investigación que realicé descubrí que quien instaló el tema de las denuncias por violación dentro del matrimonio fue Héctor Corsi, condenado por trata de menores. Desde los años 90 ya hay registros en la justicia. Hoy, muchas se hacen por venganza, para ocultar una infidelidad o incluso para cobrar el plan Acompañar”.
En ese marco, Guacci fue contundente: “Hay una asociación ilícita detrás de las falsas denuncias de género. Se atenta directamente contra el honor y buen nombre de la persona afectada, y también contra su entorno familiar, social, económico y laboral”.
Una de sus mayores críticas apunta al rol de los abogados y peritos judiciales: “Hay profesionales que alientan a incursionar en una falsa denuncia. Lo hacen sabiendo que no hay penas contundentes. Hoy la falsa denuncia tiene una pena de dos meses de prisión o una multa irrisoria. Nadie quiere revivir el calvario de un juicio por algo tan insignificante”.
Según Guacci, detrás de cada falsa denuncia hay un objetivo: “Un beneficio económico, un cargo político o simplemente dañar a la otra persona. Y muchas veces se hace con la complicidad de profesionales: abogados, peritos psicológicos que no están preparados y hacen informes que terminan condenando a inocentes”.
En ese sentido, denunció: “Más del 50 por ciento de los privados de su libertad por delitos de violencia de género están en proceso de investigación. Muchos están presos solo por un relato, sin testigos ni pruebas. ¿Cómo podés privar de su libertad a una persona mentalmente sana para que conviva con criminales?”.
Guacci también relató su experiencia personal: “Demostramos la inocencia de mi esposo, pero nos destruyeron. Nuestra economía, nuestra vida social, nuestra estabilidad emocional. Yo estaba embarazada y perdí el embarazo por el estrés. No se puede permitir que esto siga existiendo con tanta impunidad”.
Finalmente, remarcó: “Esto no es justificar ningún delito. Una violación o una agresión real debe tener el mayor rigor de la ley. Pero hay que abrir los ojos. Las falsas denuncias existen y están destruyendo vidas”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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