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Amparado por un esquema político y judicial, un empresario de Santiago del Estero pareciera no tener límites en el mercado de las licitaciones condicionadas. Nadie puede competir con la empresa StilNovo Equipamiento a la que, a lo largo y ancho de la provincia, se la vincula con el gobernador Gerardo Zamora.
En Santiago del Estero, una provincia marcada por décadas de clientelismo político y opacidad administrativa, un nuevo escándalo asoma desde los rincones del poder: el negocio millonario de los muebles escolares. Detrás de este entramado se encuentra la empresa Stilnovo Equipamiento, presidida por Domingo Serrano, una firma riojana que desde su desembarco en la provincia se convirtió en una especie de “único proveedor confiable” del estado.
Los datos hablan por sí solos. Desde hace años, Stilnovo gana todas -sí, todas- las licitaciones provinciales para el suministro de mobiliario escolar, hospitalario y de oficinas. ¿El motivo? Un sistema licitatorio montado para excluir a toda competencia real. Los pliegos de condiciones, el sistema de registros y los requisitos técnicos parecen estar diseñados para garantizar siempre el mismo resultado: Stilnovo adjudicataria, el resto descartado.
Las maniobras que garantizan el monopolio van desde lo burdo hasta lo sofisticado. Para empezar, el simple acceso al pliego tiene un costo exhorbitante. En algunas licitaciones, el precio por adquirir el pliego llega a los 2 millones de pesos, una barrera de entrada que desincentiva a cualquier competidor.
Pero eso no es todo. Se estipulan plazos de entrega imposibles: apenas una semana entre la apertura de sobres y la entrega de los productos. Nadie -salvo quien ya sepa de antemano lo que se pedirá y cuente con stock- puede cumplir con tiempos tan exiguos. El mensaje es claro: la única empresa en condiciones de cumplir es la misma que define, por vía indirecta, lo que se va a pedir.
Varias empresas han denunciado obstáculos burocráticos cuidadosamente dispuestos para impedir su participación. Desde demoras deliberadas en la entrega de los pliegos hasta exigencias administrativas impracticables, como estar inscriptos en el Registro Único de Proveedores de Santiago del Estero (RUPSE), un organismo que estuvo cerrado durante años y, según testimonios, rechaza sistemáticamente a nuevos oferentes con el argumento de que "no se aceptan más proveedores".
Otra traba insólita fue la exigencia -ya levantada tras una denuncia al Banco Interamericano de Desarrollo- de que los balances de las empresas estén certificados por un contador santiagueño y visados por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Santiago del Estero local. La trampa: el Consejo no puede intervenir sobre empresas de otra jurisdicción. ¿La solución “oficial”? Un contador que firmaba balances en blanco a cambio de 1,5 millones de pesos, más medio millón extra para el Consejo como “gestión”.
En agosto de 2024, Stilnovo se alzó con otro contrato por 1.208 millones, esta vez para mobiliario hospitalario. Como en ocasiones anteriores, la única “competencia” fue una firma llamada Offinet SRL, propiedad de Walter Alzogaray, quien aparece en registros oficiales como empleado de Stilnovo. Una y otra vez, Offinet es descalificada por errores básicos: documentos mal presentados, ausencias en las aperturas, sellados impagos.
En otra licitación, en julio de 2023, Stilnovo se adjudicó 3.085 millones de pesos para equipamiento de viviendas sociales del ministerio de Desarrollo Social Promoción Humana y Relaciones Institucionales con la Comunidad. Nuevamente, Offinet compitió y fue eliminada por un trámite mal cumplimentado.
En ambas ocasiones, la oferta de Stilnovo coincidía perfectamente con el presupuesto oficial, un dato que pone en tela de juicio la transparencia del proceso.
Stilnovo no sólo gana licitaciones. También recibe contrataciones directas sin competencia, bajo el paraguas de la "emergencia económica", una figura que permite evitar el proceso licitatorio. La ministra de Educación, Mariela Nassif, y la de Salud, Natividad Nassif, aparecen recurrentemente en los decretos de adjudicación junto al gobernador Gerardo Zamora y su jefe de Gabinete Elías Suárez.
A fines de 2023, Stilnovo obtuvo dos contratos por 850 millones para mobiliario escolar. En uno de ellos, se presentaron seis oferentes, pero todos fueron desestimados y el pliego fue otorgado exclusivamente a Stilnovo, que además cotizó por encima del presupuesto oficial.
El diputado Alejandro Parnás, de Juntos por el Cambio, denunció en la Legislatura que Stilnovo es una suerte de empresa estatal encubierta. “Nos quieren hacer creer que esta planta es un emprendimiento privado, realizado por capitales privados. Pero eso es una tomada de pelo. Esta fábrica pertenece a uno de los principales proveedores del estado, cuyo cliente casi exclusivo es el estado”.
La firma incluso expandió su negocio con la creación de Qualitá, una supuesta nueva fábrica de colchones que en realidad es una ampliación del emporio Stilnovo, que ahora también proveerá productos de descanso y juegos para espacios exteriores.
Pese a todas las irregularidades, ninguno de los organismos de control provinciales ha emitido objeción alguna. Ni el Tribunal de Cuentas, ni la Fiscalía de Estado, ni las asesorías legales de los ministerios han puesto reparos a licitaciones donde el único oferente válido es quien siempre termina ganando.
El negocio está montado. La complicidad es sistémica. Y mientras tanto, los santiagueños pagan muebles escolares a tres veces su valor de mercado: un armario que cuesta 280 mil pesos en otra provincia, en Santiago del Estero se paga 980 mil. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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