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En medio de salarios de miseria y una administración desbordada por su propia ineptitud, el gobierno de Axel Kicillof dejó sin pagar las horas extras del Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNyA) correspondientes a abril y enfrenta una próxima medida de fuerza por parte de sus trabajadores.
En un organismo público donde la precarización laboral ya era la norma, la gestión de Axel Kicillof ha logrado lo impensado: superar el colmo. A pesar de implementar recortes sistemáticos, la administración del Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNyA) se desploma bajo el peso de su propia ineficiencia. Hoy, miles de familias trabajadoras atraviesan un nuevo capítulo de angustia e incertidumbre: no hay fecha concreta para el pago de las horas extras que debiera haberse realizado el día 20 de abril.
Se trata de una situación que indigna incluso a quienes ya están acostumbrados a maniobrar entre sueldos que no alcanzan ni para cubrir la canasta básica. En la práctica, casi ningún empleado sobrevive con el salario básico. La mayoría depende de las horas extras y quien no las hace es porque tiene otra fuente de ingreso por fuera del organismo. Es la ley no escrita de una administración que paga poco y exige mucho.
Pero esta vez, la gestión rompió todos los límites. El pago de las horas extras -que normalmente se efectúa entre el 16 y el 20 de cada mes- sigue brillando por su ausencia. De manera informal, desde el organismo apenas balbucean excusas técnicas, atribuyendo el retraso a supuestos “errores de sistema”, explicaciones que sólo alimentan la bronca generalizada.
“Todo el mundo está puteando por esto”, reconocen fuentes internas con brutal sinceridad. En medio de un clima ya caldeado por el reciente decreto del gobernador, que habilita la aplicación de un nuevo reglamento impulsado por la gestión y cuatro gremios afines, la falta de pago se percibe como una verdadera provocación: una mojada de oreja a los trabajadores que ya caminan por la cornisa.
Por su parte, el Sindicato de Trabajadores Auxiliares No Docentes, Administrativos y Minoridad (STANDAYM) no descarta medidas contundentes. Según pudo saber REALPOLITIK, se evalúa convocar a una retención de tareas en todos los sectores hasta que se deposite el total adeudado en concepto de horas extras. La situación es insostenible y crece el malestar entre los empleados, que sienten que se está jugando con la comida de sus hijos.
Mientras tanto, desde el entorno de Andrés Larroque, el ministro a cargo del área, reina el silencio o, peor aún, el desprecio. La distancia entre el escritorio de los funcionarios y el malestar de los trabajadores no se mide en metros: se mide en desconexión, en desidia, y en esa mezcla de cinismo y soberbia que caracteriza a las gestiones más ineficientes. No se trata solo de un retraso en los pagos. Se trata de una bomba de tiempo que, como tantas veces en este país y más allá de las diatribas dialécticas, estalla primero en los bolsillos de los que menos tienen. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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