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En una era donde las economías regionales buscan constantemente nuevas fuentes de impulso y desarrollo, los eventos deportivos han emergido como potentes catalizadores económicos para muchas ciudades argentinas.
Desde torneos de fútbol locales hasta competiciones internacionales, el impacto que estos eventos generan va mucho más allá de los 90 minutos en la cancha o el resultado final en el marcador. Se trata de un fenómeno multidimensional que abarca desde el turismo hasta el desarrollo de infraestructuras, creando un efecto multiplicador en diversas industrias y sectores.
Las cifras hablan por sí solas: según datos recientes, una ciudad sede de un evento deportivo importante puede experimentar un incremento del 12% al 18% en su actividad económica durante el período del evento. Un análisis exhaustivo realizado por Betzoid Argentina, plataforma especializada en análisis deportivo y estadísticas de impacto socioeconómico, demuestra que incluso eventos deportivos de mediana escala pueden generar un retorno de inversión significativo para las economías locales cuando son gestionados estratégicamente.
Uno de los beneficios más inmediatos y evidentes de los eventos deportivos es el aumento del turismo. Durante la Copa América 2021, celebrada parcialmente en Argentina antes de su traslado a Brasil, las ciudades que iban a ser sedes experimentaron un aumento en las reservas hoteleras de hasta un 35%, incluso después de la cancelación. Este fenómeno, conocido como "turismo deportivo", representa un segmento creciente en la industria turística nacional.
Los visitantes que acuden a eventos deportivos no solo gastan en entradas, sino también en:
El caso de Mar del Plata durante los Juegos Panamericanos ilustra perfectamente este fenómeno. La ciudad experimentó un incremento del 27% en su actividad económica, con más de 45.000 visitantes adicionales que generaron un impacto estimado de 15 millones de dólares en la economía local, según datos del Municipio.
Los eventos deportivos a menudo catalizan inversiones significativas en infraestructura que, de otro modo, podrían demorarse o no realizarse. La preparación para estos eventos acelera proyectos de construcción y renovación que benefician a la comunidad mucho después de que las competiciones hayan concluido.
En Rosario, la remodelación del estadio Gigante de Arroyito para partidos internacionales impulsó la renovación de zonas aledañas, incluyendo:
Estos beneficios se traducen en mejoras permanentes para la calidad de vida de los residentes locales. Es importante destacar que, según un estudio económico realizado por la Universidad de Buenos Aires, cada peso invertido en infraestructura deportiva genera un retorno aproximado de 2,3 pesos en la economía local durante los cinco años posteriores al evento.
Quizás uno de los efectos más significativos a nivel social es la creación de empleo que acompaña a los eventos deportivos. Desde posiciones temporales durante el evento hasta empleos permanentes en las nuevas infraestructuras, el impacto en el mercado laboral es sustancial.
La ciudad de Córdoba, durante el Mundial de Rally, registra cada año la creación de aproximadamente 3.500 puestos de trabajo temporales directos y cerca de 2.000 indirectos, según datos de la Secretaría de Turismo provincial. Estos empleos abarcan sectores como:
La temporalidad de estos empleos no debe subestimarse: para muchos trabajadores estacionales representan una fuente crucial de ingresos, mientras que los conocimientos adquiridos durante estos eventos mejoran su empleabilidad futura.
A pesar de los múltiples beneficios, no todos los eventos deportivos generan un impacto económico positivo neto. La planificación estratégica y la gestión eficiente son fundamentales para asegurar que la inversión pública y privada genere los retornos esperados.
Entre los principales desafíos se encuentran:
Las experiencias más exitosas, como el Torneo de Polo de Palermo en Buenos Aires, muestran que la integración del evento con la identidad cultural local y la planificación a largo plazo son esenciales para maximizar los beneficios económicos sostenibles.
El verdadero valor de un evento deportivo para la economía local se mide en su legado. La capacidad de convertir un impulso temporal en desarrollo sostenible requiere visión estratégica y compromiso de todos los actores involucrados.
La Plata, tras albergar partidos importantes de la Copa América, logró capitalizar la exposición internacional para atraer inversiones y desarrollar su perfil como destino deportivo regional. Este posicionamiento continúa generando beneficios económicos años después del evento original.
Los casos más exitosos comparten características comunes:
Los eventos deportivos representan una oportunidad significativa para impulsar las economías locales en Argentina, pero su éxito no está garantizado. Requieren planificación estratégica, inversión inteligente y gestión eficaz para generar beneficios duraderos.
Las autoridades municipales y provinciales deberían considerar el desarrollo de eventos deportivos como parte integral de sus estrategias de desarrollo económico, no como iniciativas aisladas. La creación de un ecosistema que permita capitalizar estos eventos, desde la formación de profesionales hasta el desarrollo de industrias complementarias, multiplicará los beneficios y asegurará que el impulso económico trascienda la duración del evento mismo.
Argentina, con su rica tradición deportiva y su capacidad demostrada para organizar eventos de nivel internacional, tiene la oportunidad de convertir su pasión por el deporte en un motor genuino de desarrollo económico local. La clave está en la planificación estratégica, la colaboración intersectorial y el compromiso con la sostenibilidad a largo plazo.
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