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La socióloga, historiadora y feminista Dora Barrancos habló sobre su historia de militancia, su exilio durante la última dictadura cívico-militar y su compromiso con el feminismo. Además, cuestionó duramente al gobierno de Javier Milei, al que acusó de impulsar una ofensiva global contra las conquistas en derechos humanos, de género y ambientales.
"A mí me formó una familia profundamente politizada y antiperonista", recordó Dora Barrancos. Su padre, director de escuelas rurales y ferviente militante antifascista en los años 40, influenció fuertemente su sensibilidad política, aunque el giro al peronismo llegó más tarde: "Lo que ocurrió conmigo ocurrió con mi generación. Hubo una suerte de vuelco, un complejo de culpa quizás, frente a la brutal proscripción del peronismo. Nos conmovió profundamente esa erradicación del sentido popular", explicó.
El tránsito hacia el feminismo, en cambio, tuvo un proceso más lento y complejo. "Nosotras, las jóvenes militantes de izquierda, veíamos al feminismo como algo burgués. Teníamos la contradicción principal muy instalada: la lucha de clases", admitió. Fue en el exilio, en Brasil, donde se produjo su “despertar”: “La muerte de Ângela Dinis, una joven asesinada por su pareja bajo el pretexto de la ‘legítima defensa del honor’, fue un quiebre. Cuando escuché eso por televisión sentí un estallido interno. Era aberrante que se justificara un crimen de ese modo".
Desde entonces, Barrancos abrazó el feminismo como causa vital. Ya de regreso en Argentina, se convirtió en una de las voces más influyentes en las luchas por la ampliación de derechos. "Argentina tuvo un avance notable en los últimos catorce años, especialmente con la ley de aborto sancionada en diciembre de 2020. Es una ley con una técnica formidable, muy superior incluso a la de otros países de la región", destacó.
No obstante, advirtió que esos avances hoy están en grave riesgo. "Estamos atravesando una involución gravísima. Este gobierno no solo ataca los derechos sociales, sino que compromete los zócalos mismos de los derechos humanos. Javier Milei y su equipo tienen una perspectiva neofascista, y son parte de una cruzada internacional contra el feminismo, las diversidades y el ambientalismo", denunció.
Barrancos vinculó este retroceso con una ofensiva global de la extrema derecha: “Lo que vemos en Hungría, donde se prohíben manifestaciones públicas LGTBQ+, o en Estados Unidos con el negacionismo climático, forma parte del mismo fenómeno. Hay una apropiación perversa de conceptos como ‘batalla cultural’, que pertenecen a la tradición de Antonio Gramsci, para atacar todo lo que huela a disidencia”.
Finalmente, subrayó la importancia de disputar estos sentidos también desde la comunicación: “La derecha maneja las redes y los medios con gran eficiencia. Tenemos que dar esa batalla, porque estamos enfrentando un campo minado de barbarización. No se tolera la criticidad ni la diversidad. Es nuestro deber resistir”.
Durante la entrevista, también criticó el rol de algunos sectores del peronismo que cuestionan al feminismo: “Guillermo Moreno, por ejemplo, es un personaje reaccionario. El peronismo tiene lamentablemente sectores que buscan una pureza ideológica que no representa su verdadera esencia. El feminismo es parte sustancial del peronismo cuando este se entiende como un proyecto de justicia social”.
Consultada sobre el fenómeno electoral que llevó a Milei a la presidencia, Barrancos reflexionó: “El núcleo duro de votantes fue varón, joven, entre 18 y 29 años. Hay que interpelar a esa franja con paciencia, con estrategias didácticas, no desde el reproche. Las juventudes actuales viven en otro contexto y hay que entender sus motivaciones. Pero estoy convencida de que este ciclo tiene un punto de culminación”.
Sobre la relación entre las nuevas derechas y la figura del estado, la investigadora fue categórica: “Se está destruyendo el entramado redistributivo del estado. Hoy la gente muere de cáncer porque no tiene medicamentos, los niños no reciben vacunas. Esto es una tragedia moral. La motosierra de Milei no es solo un ajuste, es una demolición de la vida digna”.
En clave esperanzadora, Barrancos concluyó con un llamado a redoblar la apuesta política y social: “El momento histórico exige más militancia, más organización, más propuestas. Incluso pensar en una reforma constitucional que garantice una condición humana digna. No vamos a retroceder ni a ceder el reloj de la historia. Que se acostumbren: vamos por mucho más”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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