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Daniel “El Ruso” Beiserman, fundador y bajista de la legendaria banda de blues Memphis La Blusera, dialogó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) en una charla cargada de anécdotas, recuerdos y un presente vibrante. A punto de celebrar los 47 años del debut de la banda, el músico repasó la historia del grupo.
“Pasaron 47 años del debut. Es imposible resumirlo, son tantas historias, tantos shows, viajes, pérdidas y también empezar de nuevo cada vez”, reflexionó con emoción Daniel "El Ruso" Beiserman, bajista de Memphis La Blusera. La longevidad del grupo no solo representa su resistencia en la escena musical, sino también su capacidad de adaptarse y renovarse sin perder la esencia.
El bajista recordó los comienzos de la banda en un contexto poco favorable: “Cuando arrancamos estaba de moda el pop, Sumo, Soda Stereo, Virus… El blues era como el patito feo. Pero logramos hacernos un lugar”, destacó. Memphis fue pionero en sumar vientos, piano y percusión a su formación, una innovación que marcó la diferencia y sentó las bases de su identidad sonora.
“Nos costó muchísimo imponer lo nuestro. Hoy hay academias que enseñan blues, algo impensado en mi época”, celebró. Según relató, ya pasaron al menos tres generaciones de músicos y oyentes que se acercaron al blues a través de Memphis. “Ese público que nos empezó a seguir se casó, tuvo hijos, y en cada casa hay un disco nuestro”, afirmó orgulloso.
Beiserman también se refirió al fenómeno intergeneracional que hoy acompaña a la banda: “Veo a muchos pibes en los shows, chapoteando en el barro si hace falta, con banderas, felices. Eso me llena de orgullo”, contó, recordando una reciente presentación en el Cosquín Rock. Allí, Memphis fue invitada por primera vez a “La Casa del Blues”, un escenario dedicado exclusivamente al género.
Sobre el repertorio, reconoció que “hay más de 150 temas y es difícil conformar a todos, pero los clásicos siempre están: ‘La bifurcada’, ‘Moscato, pizza y fainá’… la gente los pide y se va cantando y bailando”.
También hubo espacio para destacar el disco Angelitos Culones, grabado en Los Ángeles, que incorporó violines, percusiones y músicos invitados. “Seguimos siendo blues, pero incorporando cosas nuevas. Con ese disco ganamos un Gardel y nos permitió mostrar otra faceta de la banda”, explicó.
Actualmente, Memphis continúa girando por todo el país: “Estuvimos en Córdoba, en el NOA y ahora se viene una agenda nueva”, contó el bajista, agradeciendo que “gracias a Dios, estamos trabajando mucho”. Aunque asegura que en casa no practica demasiado, reconoce que “el aprendizaje no termina nunca, todos los días se aprende algo nuevo”.
Con casi medio siglo de historia, Memphis La Blusera no solo dejó huella, sino que sigue pisando fuerte. “Esto es una lucha, pero mientras podamos seguir haciendo lo que nos gusta, vamos a estar arriba del escenario”, cerró Beiserman. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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