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Las elecciones para cargos legislativos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) suponen algo más que el acceso a una banca para la juvenil dirigente Lucille Levy, también conocida como “Lula” Levy.
Detrás de la postulación de Lucille Levy está la apuesta más importante que hizo su mentor, Martín Lousteau, para que la Unión Cívica Radical (UCR) demuestre, en vía práctica, que la renovación generacional en un partido centenario, es más que posible y puede ser una realidad.
Ocurre que Lousteau, senador por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y titular del comité nacional, juega las cartas más riesgosas en un contexto de atomización del voto no kirchnerista y progresista. Por un lado, hace una apuesta de mínima en la cual demostrará que es posible que una dirigente que no estaba instalada en la opinión pública pueda acceder a una banca y mantener viva la representación radical en un distrito que históricamente le fue muy favorable. Hay una pequeña reconfiguración en la presentación de la lista, empezando por su nombre “Evolución” que eclipsa al sello partidario, pero debe tener mucha relación con la integración frentista, junto con otros partidos tales como el GEN de Margarita Stolbizer, a quien Lousteau le debe mucho al decir de los últimos años. Una alianza con la diputada nacional le permitió hace un tiempo acceder una banca y de ahí proyectarse hasta un presente con importante protagonismo.
Lo cierto es que este presente de importante visibilidad puede esmerilarse al máximo si Lousteau no aprueba el examen electoral donde no se expone personalmente, pero sí lo hace a través de su rol de armador e ideólogo de esta fórmula arriesgada para el domingo 18.
Con una derrota asegurada, el premio mayor en el que piensa Lousteau y el radicalismo porteño es en lograr escaños para Evolución y para esto deberá superar el 3 por ciento de los sufragios, algo que muy pocas encuestas le adjudican, en su intención de voto, a la novel dirigente “Lula” Levy. El actual presidente del comité nacional no podrá mirar para otro costado si el resultado es muy esquivo y no logra su meta mínima, porque también le espera su futuro, dado que se le termina el mandato como senador nacional.
Las expectativas favorables no abundan como para que renueve ese escaño, habida cuenta que la fuente de su elección hace casi seis años provino de un Pro poderoso, con Horacio Rodríguez Larreta adentro, un partido libertario inexistente y un radicalismo más competitivo.
No obstante, Lousteau seguramente estará pensando en obtener algún lugar en una lista para alcanzar un puesto como diputado nacional, dado que el porcentual para alcanzar una banca es de poco más del 5 por ciento. Por eso, la lupa hará el máximo de aumento sobre los comicios del 18 de mayo que, si bien son para cargos locales, tienen proyección nacional y los debates son más pertenecientes a la agenda nacional.
Con toda esta presión, el radicalismo porteño, y Lousteau específicamente, darán su examen histórico cuando se elijan cargos legislativos y los números, sean o no favorables, darán un cuadro de situación y una posible proyección para los comicios de representación nacional.
Muchos suponen que Lousteau podría tener un plan B y es el de contemplar a estos comicios locales como una suerte de primarias con otras listas como la de Larreta y la Coalición Cívica, con quienes podría configurar un frente electoral en octubre. No obstante, todo está por verse y, en primer lugar, habrá que ver qué arrojan los resultados de este primer test en el que todo está por disputarse. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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