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14 de mayo de 2025 | Provincia

Presión impositiva

Axel Kicillof y un presupuesto con olor a carrera presidencial: Más cargos, más deuda y más gasto público

A un alarmante ritmo de 48 designaciones por día desde el inicio de su mandato, el gobernador de la provincia de Buenos Aires pareciera dispuesto a obtener votos para su candidatura y el visto bueno de los intendentes a través de un preocupante crecimiento del gasto público. Las aspiraciones de un dirigente, que deben pagar todos los bonaerenses.

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Mientras Javier Milei propone motosierra, Kicillof impulsa el inflador. En abierta contraposición con el ajuste fiscal del gobierno nacional, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, lleva adelante una política de expansión del empleo público sin precedentes. Desde su llegada al poder en 2019 y hasta fines de 2023, el mandatario solicitó la creación de 70.804 nuevos cargos estatales en la administración pública bonaerense, lo que equivale a un promedio de 48 designaciones por día durante los 1.460 días de su primer mandato.

Lejos de poner un freno a esta tendencia, Kicillof ahora redobla la apuesta: en el marco del proyecto de presupuesto 2025, envió a la Legislatura una nueva solicitud para crear 2.249 cargos más. A esto se suman 5 mil horas cátedra adicionales para el nuevo régimen académico secundario. Todo ello ocurre mientras lanza su nuevo espacio político, Movimiento Derecho al Futuro, con aspiraciones nacionales.

El contraste con Milei

En momentos en que el presidente Javier Milei avanza con una política de austeridad, recorte del gasto público y eliminación de cargos estatales, Kicillof lidera una gestión provincial que va a contramano. Mientras Milei aplica la motosierra, el gobernador bonaerense la intervención del aparato estatal e incluso lo expande hasta niveles insostenibles.

Pero el crecimiento del empleo estatal no es gratuito. De acuerdo con un informe elaborado la propia Legislatura bonaerense, casi la mitad del presupuesto provincial se destina hoy al pago de salarios, lo que representa el mayor gasto de la administración bonaerense. A fines de 2023, la planta de personal estatal ascendía a 709.974 empleados, excluyendo cargos políticos.

Un estado más grande, incluso en campaña

El nuevo pedido de creación de 2.249 cargos se distribuye entre 1.500 para el SP, 489 para el poder judicial y 260 para el Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia. A esto se suman 5 mil horas cátedra para docentes en el nuevo régimen académico. En total, el presupuesto 2025 contempla una planta permanente de 364.871 empleados y una planta temporaria de 166.249, además de 3,2 millones de horas cátedra para personal docente provisional.

En paralelo, se mantiene una estructura de más de 1.800 cargos políticos, número que casi triplica a los 769 funcionarios que tenía la administración de María Eugenia Vidal. Aunque antes de las elecciones del 2023 se anunció una reestructuración, varias áreas como la jefatura de Asesores se mantuvieron operativas, incluso con el ingreso de exfuncionarios del gobierno nacional anterior.

Más deuda para financiar la estructura

Para sostener esta expansión del estado y hacer frente al ahogo financiero derivado del corte de transferencias nacionales por parte del gobierno de Milei (estimadas en casi 800.000 millones de pesos en lo que va del año), Kicillof también volvió a recurrir al endeudamiento. Hace algunos días envió a la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires un proyecto para tomar deuda por hasta 1.045 millones de dólares y emitir Letras del Tesoro por otros 250 millones en moneda extranjera.

El objetivo declarado es regularizar atrasos de Tesorería, pagar deudas y conformar un Fondo de Fortalecimiento de la Inversión Municipal. Además, la iniciativa incluye la suspensión del cobro de deudas a municipios por fondos como el del COVID-19, aunque en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires se analiza un proyecto alternativo con apoyo del cristinismo y de sectores opositores, resistido por el propio oficialismo bonaerense.

Una estrategia política de cara al futuro

Todo esto se da en un contexto en el que Kicillof no oculta sus aspiraciones nacionales. La expansión del empleo público también funciona como una herramienta de fidelización política y territorial, en un año en el que el gobernador busca instalar su figura como alternativa al modelo libertario. El lanzamiento de Movimiento Derecho al Futuro busca proyectar su liderazgo más allá de Buenos Aires, apuntando al 2027.

Sin embargo, las críticas arrecian. Desde la oposición, señalan que el crecimiento del empleo estatal en un contexto de recesión económica es irresponsable. Incluso dentro del propio peronismo, hay tensiones respecto a la estrategia fiscal, el endeudamiento y la distribución de recursos.

Mientras tanto, el ajuste llega por otra vía: la presión impositiva. La ley Fiscal aprobada en diciembre contempla aumentos de hasta el 270 por ciento en impuestos patrimoniales, como el inmobiliario y el automotor. Si bien Kicillof aún no activó el tope de actualización en la cuota de junio, la carga sobre contribuyentes y empresas ya es considerable.

¿Administración o aguantadero?

A la luz de estos datos, crece la pregunta sobre si el estado bonaerense responde a una lógica de administración eficiente o si se ha convertido en una gigantesca agencia de colocación política, donde lo que abunda no es solo la masa laboral sino también la precarización y los salarios miseria. Con un presupuesto limitado, una economía en crisis y una Nación que corta el chorro, la viabilidad del modelo Kicillof enfrenta su mayor prueba.

Por ahora, el gobernador redobla la apuesta: más cargos, más deuda, más gasto público. Todo lo contrario a lo que Milei pregona con su motosierra. El verdadero examen será si esta estrategia es sostenible o si es apenas una forma de ganar tiempo mientras se acumulan tensiones políticas, fiscales y sociales. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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