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Javier Milei nombró como embajador en España a Wenceslao Bunge Saravia, un empresario agrofinanciero sin experiencia diplomática pero con estrechos lazos personales con el canciller Gerardo Werthein y vínculos con Monsanto, revelando así un nuevo caso de amiguismo y privilegios en un gobierno que se jacta de combatir a "la casta".
El presidente Javier Milei acaba de oficializar una designación diplomática que revela, una vez más, los patrones de amiguismo que estructuran el actual esquema de poder que prometía combatir a la casta. Se trata de Wenceslao Bunge Saravia, flamante embajador en España, íntimo amigo del canciller Gerardo Werthein y figura del establishment financiero con profundos lazos empresariales, conexiones con el agronegocio transnacional y una vida de lujos que no se condice con la austeridad que pregona el gobierno libertario.
La designación de Bunge Saravia fue publicada este lunes en el Boletín Oficial, luego de recibir luz verde en el Senado de la Nación Argentina con cincuenta y tres votos a favor y solo dos en contra. Para asumir el cargo deberá renunciar a la ciudadanía española que adquirió en 2023. Pero el dato político de fondo es su estrecha relación con el canciller Werthein, con quien comparte un estrecho vínculo personal que habilitó su ingreso a la función pública sin antecedentes diplomáticos ni trayectoria en relaciones exteriores.
Tal y como lo viene dando a conocer este medio, pareciera tratarse de un patrón de comportamiento. Es que, mientras congela los sueldos del cuerpo diplomático y desmantela el ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, días atrás Milei designó por decreto a Eva María Carrasco Bañuelos, una profesora española sin experiencia diplomática ni vínculo con Argentina, como directora del Colegio Mayor Argentino en Madrid. Casada con Philipp Bagus, amigo personal del mandatario y parte del círculo libertario europeo, Carrasco accedió a un salario mensual de hasta 7.500 euros. Para su nombramiento, el gobierno emitió dos decretos excepcionales y la hizo ejercer funciones durante meses sin estar formalmente designada, evidenciando un doble estándar entre el ajuste al personal de carrera y los privilegios para allegados ideológicos.
Wenceslao Bunge Saravia no llega solo al cargo. Lo acompaña un extenso entramado de sociedades que deja entrever su fuerte inserción en el sector agroindustrial y financiero. En Wendía SA, su principal firma, comparte participación con pesos pesados del agronegocio:
- Pedro y Clara Lacau, de Lacau y Cía S.A. y Pedro A. Lacau e Hijos S.R.L.
- Esteban Mario Moreno, de Bio Verde Energía Lincoln S.A. y Agro-Leben S.R.L.
- Fernando y Pablo Zubillaga, vinculados a Nayahue SAAG y Servicios Agropecuarios Guevara S.R.L.
- Guillermo Luis Geido, de El Ombú de Lincoln S.R.L.
Y, quizás el más relevante: Federico Alberto Vartorelli: un exdirectivo de Monsanto y actual vicepresidente global de Bayer Crop Science.
La relación con Vartorelli no es un dato menor. Este ingeniero agrónomo desarrolló durante más de trece años una carrera meteórica en Monsanto, alcanzando roles de máxima responsabilidad como South America Breeding Director y luego, tras la fusión con Bayer, continuó en posiciones de liderazgo global, hoy como Global Head of Breeding Sustainability and Customer Technologies. Su enfoque: avanzar en la manipulación genética de cultivos y el uso de agroquímicos a escala industrial. Bunge Saravia se rodea de estos perfiles para sostener un modelo de negocios que choca frontalmente con la sustentabilidad.
En el plano personal, Bunge Saravia también da la nota. En el estatuto de su empresa Wendía SA, el flamante embajador declaró como domicilio Cabeza de Hierro XX, Madrid, donde está emplazada una imponente mansión valuada por el sitio inmobiliario idealista.com entre 2.029.000 y 3.427.000 euros. El chalet, construido en 1975 y reformado recientemente, cuenta con 759 metros cuadrados cubiertos, siete habitaciones, siete baños, jardín, piscina, garaje y tres plantas. Todo esto en una de las zonas más exclusivas de la capital española.
Llama poderosamente la atención que un gobierno que designa a un diplomático con semejante tren de vida pueda acusar a otros utilizando el término "casta".
La designación se da en un contexto de fuerte tensión diplomática entre Buenos Aires y Madrid, tras los cruces entre Milei y Pedro Sánchez. El gobierno de La Libertad Avanza había considerado previamente al excónsul Alejandro Alonso Sainz para el cargo, pero finalmente fue descartado por conflictos internos y “no pasar los filtros”. Ahora, el elegido es alguien que sí los pasó: un amigo íntimo del canciller, empresario del agro y con vínculos al corazón de Monsanto.
La línea ideológica del gobierno queda clara. Ya lo había anticipado con la designación de Leonardo Sarquis, otro exCEO de Monsanto, al frente de Parques Nacionales. Ahora, Milei y Werthein completan el círculo con un embajador a medida, alineado con los intereses de la agroindustria y blindado por los lazos del poder. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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