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La localidad chubutense, que cuenta con apenas dos mil habitantes, vuelve a enfrentar un escenario de colapso financiero que remite a los peores momentos de la pandemia.
En plena incertidumbre económica, el intendente de Gualjaina, Marcelo Limarieri, reconoció públicamente que no descarta pagar el aguinaldo de junio en cuotas, debido a la grave caída en la coparticipación y la recaudación municipal. La localidad chubutense, que cuenta con apenas dos mil habitantes, vuelve a enfrentar un escenario de colapso financiero que remite a los peores momentos de la pandemia.
“Hoy no tengo cómo pagarlo”, sentenció el jefe comunal, generando alarma entre los trabajadores municipales y el sindicato local.
Limarieri detalló que en el mes de abril los ingresos del municipio cayeron un 12%, situación que se agravó con la baja recaudación y un contexto nacional desfavorable. A pesar de haber mantenido una política “responsable” en las paritarias y de haber hecho recortes, la gestión local llegó a un límite sin márgenes para seguir ajustando.
“Es tan grande y abrupta la caída de ingresos que ya no hay nada más por dónde ajustar ni achicar. Se hace sumamente difícil”, afirmó el intendente.
Además, el escenario a futuro no es alentador. Tras un encuentro entre el gobernador Ignacio “Nacho” Torres y jefes comunales, Limarieri expresó que no se vislumbra una mejora próxima. La baja del precio del barril de petróleo, junto con la estabilidad del tipo de cambio, afectará todavía más las transferencias por coparticipación.
“Ya el 100% de los ingresos se abocan a cubrir la masa salarial, y ahí, listo”, graficó con crudeza el intendente, al señalar que el municipio se sostiene con respirador artificial.
Gualjaina no es ajena a este tipo de medidas extremas. Durante la crisis sanitaria de 2020, el pago del aguinaldo también se fragmentó en tres cuotas, una decisión que generó tensiones pero que, en aquel momento, fue aceptada por los gremios ante la excepcionalidad de la situación.
Hoy, sin embargo, la crisis es otra y los trabajadores no están dispuestos a seguir resignando derechos. Limarieri adelantó que abrirán una mesa de diálogo con el sindicato para buscar una salida, pero fue categórico al admitir que “si tuviese que hacerle frente hoy, es imposible”.
La situación de Gualjaina expone la fragilidad estructural de los municipios más pequeños del país, que dependen casi exclusivamente de transferencias provinciales o nacionales, sin recursos propios que les permitan garantizar lo más básico: los sueldos de sus empleados.
El caso también plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del actual esquema fiscal y las consecuencias del ajuste nacional sobre las economías regionales. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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