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Una toma incompleta en El Eternauta revela lo que sería una publicidad encubierta del Banco de la Provincia de Buenos Aires, lo que abre sospechas sobre un polémico financiamiento oculto del gobierno de Axel Kicillof a la millonaria producción de Netflix.
Desde su estreno, El Eternauta se convirtió en un fenómeno cultural que sobrepasó el universo del streaming para instalarse como un símbolo político. La adaptación de Netflix, con dirección de Bruno Stagnaro y producción de K&S Films, no escatimó en gastos: 15 millones de dólares fue el presupuesto que destinó la plataforma para lo que ya es la serie más ambiciosa de su historia en Argentina.
Con ese nivel de inversión, no sorprendió ver a lo largo de los episodios una serie de publicidades privadas cuidadosamente integradas al paisaje de una Buenos Aires post-apocalíptica. Carteles, fachadas y monocolumnas exhiben marcas como Carrefour, Rappi o La Gotita. Una estrategia clásica de product placement, pero aplicada con un criterio estético que no desentonara con la ambientación oscura y dramática del relato.
Sin embargo, lo llamativo aparece en el último capítulo disponible hasta el momento. En el minuto 37:29, en un momento clave de la trama en el que los protagonistas avistan el estadio de Club Atlético River Plate irradiando una luz celeste, una toma sutil se desliza hacia un edificio cercano. Allí se alcanza a ver, de forma incompleta pero inequívoca, el logo del Banco de la Provincia de Buenos Aires junto a la leyenda “17 millones de accionistas”, lema de su última campaña institucional del organismo que preside Juan Cuattromo.
La sorpresa no termina ahí. Apenas la cámara parece querer mostrar con claridad el mural, se produce un brusco corte que lo impide. La toma queda trunca, como si algo -o alguien- hubiera decidido censurar la imagen justo antes de su aparición completa.
¿Publicidad fallida o encubierta? ¿Error de montaje o censura deliberada?
Lo cierto es que el gobierno de Axel Kicillof, responsable último de todo el Grupo Provincia, jamás hizo pública su participación en el financiamiento de la serie. No se sabe si se aportó dinero, cuánto fue, ni bajo qué condiciones. Tampoco hay información oficial sobre un posible acuerdo de patrocinio, ni de su cancelación.
En los pasillos del poder circulan dos versiones. La primera, más creíble, sostiene que el gobierno efectivamente aportó fondos -directa o indirectamente- a cambio de una pauta que finalmente fue "borrada" en el montaje final, acaso para evitar cuestionamientos por el uso de recursos públicos en plena crisis económica. En ese escenario, el Banco Provincia habría pagado por una publicidad, financiada por fondos públicos, que nunca terminó de salir al aire.
La segunda teoría, más improbable pero no descartable, sugiere que existió un acuerdo de publicidad que finalmente se dio de baja, o que nunca fue abonado por la administración bonaerense, y que por eso los realizadores decidieron cortar la escena.
La única certeza es que El Eternauta fue un producto cuidadosamente calculado desde lo político. El símbolo de resistencia colectiva y antiimperialismo creado por Héctor Germán Oesterheld fue, una vez más, apropiado con fines contemporáneos. Lo que no estaba en los planes era que una toma mal recortada revelara una incómoda conexión con el gobierno bonaerense y una pauta estatal que, al parecer, alguien prefirió esconder. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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