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19 de mayo de 2025 | Opinión

Año electoral

Paisaje después de la batalla

La reciente elección de la CABA, que ha dado un claro triunfo a La Libertad Avanza (LLA), dejó claro que la estrategia tomada por el  oficialismo nacional ha sido la acertada, si consideramos el contexto y el momento actual de la Argentina.

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por:
Ezequiel Picallo

La Libertad Avanza (LLA) ha logrado apropiarse del voto de centroderecha, un 30 por ciento, que otrora fuese terreno del macrismo. Por otro lado el Pro, el claro perdedor de esta contienda, se ha quedado con la representación de un voto que en el pasado era tendiente a una centroderecha atenuada, republicana, que miraba a Elisa Carrió como su representante, y ni siquiera sumado ese 15 por ciento de Silvia Lospennato, con el 8 por ciento de Horacio Rodríguez Larreta del “olor a pis”,   el  magno Pro llegaría a competir con el peronismo maquillado de Leandro Santoro que logro el 27 por ciento.

Más allá de esta victoria de LLA, en un distrito que por su conformación socioeconómica poco tiene que ver con el resto del país, y habiendo nacionalizado la elección con la figura principal como eje de la campaña del presidente, Javier Milei, se llegó claramente al porcentaje que caracteriza a LLA: el 30 por ciento, el mismo guarismo con el que se plantó en la elección nacional del 2023, antes del balotaje.

Por otra parte, queda demostrado históricamente que la ciudadanía porteña no guarda demasiado apego al voto peronista, que sumando las otras vertientes no llega al 30 por ciento, más allá de la buena elección de Santoro, que escondiendo al peronismo logró salir bien parado. Lo paradójico del caso fue que el mal asesoramiento de Jorge Macri, a quien se le aconsejó alentar otras facciones peronistas, lo llevó a perjudicar a un Santoro que hubiese empardado con Manuel Adorni, el enemigo íntimo del Pro. En tanto, el voto antiperonista supera el 70 por ciento, lo que deja claramente expresado que en un futuro balotaje porteño quien supere la cifra del 30 por ciento podria quedarse con el gobierno de la ciudad.

¿Qué mensaje nos deja esta elección de CABA  para las elecciones nacionales próximas y en particular para la elección en el territorio de la provincia de Buenos Aires?

Hasta el momento, por más que se quiera demostrar otra cosa, LLA  solo ha ganado en CABA, algo que si bien es importante no es determinante, ya que en las demás provincia los resultados obtenidos por esta fuerza han sido magros, solo consiguiendo rasguñar un triunfo en la ciudad de Salta. Lo que queda en evidencia es que en esta elección intermedia la ciudadanía ha optado por reafirmar los oficialismos locales, cosa que entendió bien la estrategia electoral libertaria al lograr nacionalizar la elección de CABA, llevando a la arena electoral al propio presidente que, con el lema “Adorni es Milei”, le garantizó un triunfo.

De esta manera, LLA termina demostrando que el oficialismo nacional podía superar al oficialismo local comandado por el Pro, que constituye hoy en día una fuerza en retirada, dubitativa, sin definición alguna y que hace dudar el apoyo de gran parte de su antiguo electorado.

En la provincia de Buenos Aires las cosas pueden ser muy diferentes, teniendo en cuenta una sociedad con matices distintos a la capitalina. El plan económico de estabilización, a diferencias de CABA, ha golpeado duro en amplios sectores de la población, lo cual, sin embargo, no garantiza un rechazo masivo a las políticas libertarias, sobre todo si se tiene en cuenta el desastroso gobierno de Alberto Fernandez, que a su vez refleja hoy en la provincia Axel Kicillof.

No obstante ello, en territorio bonaerense la batalla entre el peronismo, mayoritariamente kirhnerista, y las fuerzas libertarias no parece dejar un resultado nítido, ya que entre ambas fuerzas reina una profunda división. En el campo peronista, una triple partición aparece en un horizonte, donde por un lado el kicillofismo pretende quedarse con el manejo del peronismo provincial ante el embate de Cristina Fernández de Kirchnerquien en esta oportunidad aparece aliada al ignifugo Sergio Massa, manejando ambos gran parte de las cámaras legislativas en la provincia. Por otro lado, se nota un progresivo desgranamiento del peronismo, donde cada día son más los intendentes bonaerenses que no se ven representados en la antinomia Axel - Cristina, y que ven esto como una mala señal para sus electorados locales. 

Por el lado del sector no-peronista, el panorama también se ve enrarecido, ya que la principal figura que proponen los libertarios, José Luis Espert, no sobrepasa hoy el 11 por ciento de aceptación ante los bonaerenses, sumándose a ello una turbulenta interna, no solo dentro de LLA, sino en la relación con sus posibles socios provenientes del Pro, el mismo Pro y los radicales con y sin peluca.

Todo indica que en territorio bonaerense cada día se abre más la posibilidad para una tercera fuerza, que pueda navegar dentro de un universo de un 40 por ciento que no estaría atraído por los polos libertario - peronista, sino que se encuentra disgregado ante la expectativa de una fuerza que los contenga.  

El aprovechamiento de un espacio tercerista depende no solo de la elección de un candidato potable sino también de la rapidez de acción que se le imprima a dicha alternativa en los días venideros. Más allá de esto, también habrá que esperar que en la definición del cronograma electoral se termine de confirmar si la provincia va a plantear un panorama serio con vistas a octubre, o si se va a seguir con la fantasía del desdoblamiento electoral que atenta a ser un factor negativo a la participación ciudadana. Esto último se vió en todas las elecciones anteriores, donde se fua a votar con desdoblamiento y la participación apenas superó el 50 por ciento en algún caso. Por otra parte, la baja participación atentaría claramente con el criterio histórico de peronismo, que siempre se favoreció en los momentos de amplia concurrencia.

Una elección desdoblada, como pretenden actualmente los seguidores del gobernador, generaría, sin duda, una profunda polarización de las elecciones nacionales de octubre, ya que con dicho sistema se perjudicaría directamente a las fuerzas intermedias. Y si, además, consideramos la fuerte tendencia al antiperonismo de todo electorado nacional, de seguir con el desdoblamiento, se estaría favoreciendo en la provincia de Buenos Aires a LLA, ya que es indudable que el peronismo representado por Cristina Kirchner como candidata a diputada nacional sería contrarrestada por un candidato cualquiera   pero respaldado por el oficialismo nacional. En un plano de polarización, Milei le ganaría de modo categórico.

Si el massicristinismo no opera en las cámaras para reafirmar que las elecciones sean de una sola modalidad, yendo a octubre directamente, sus propias posibilidades podrían verse seriamente amenazadas, ya qua ante la ausencia de fuerzas de tercer orden, la balanza de la antinomia les sería fuertemente desfavorable.


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