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El sociólogo y politólogo, Sebastián Halperín, dialogó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) y compartió su visión sobre los resultados electorales en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde La Libertad Avanza logró un triunfo significativo con la candidatura de Manuel Adorni.
“La mitad del electorado porteño no fue a votar”, señaló, subrayando que la apatía se concentró especialmente en la zona sur de la ciudad, tradicionalmente peronista. “Manuel Adorni triunfó con el voto del 15 por ciento del padrón total. Es una cifra muy baja si se tiene en cuenta el nivel de ausentismo”, explicó el sociólogo Sebastián Halperín. Para el politólogo, el dato sobresaliente de esta elección fue la distancia entre la oferta y la demanda política: “Había 17 listas, pero buena parte de la ciudadanía no podía distinguir entre ellas. Es muy difícil que alguien del público se identifique con figuras poco conocidas como Silvia Lospennato, por ejemplo”.
En esa línea, Halperín criticó el desconocimiento generalizado sobre el contenido de la elección: “El mismo domingo hubo comunicadores aclarando que no se elegía jefe de Gobierno, sino bancas para la legislatura porteña. Eso demuestra una desconexión muy profunda entre la política y la ciudadanía”.
Respecto a la fuerte presencia del voto violeta en el norte de la ciudad, el analista explicó: “La correlación es directa entre el nivel socioeconómico y el color del voto. El sur, más pobre, votó al peronismo o no votó; el norte, más acomodado, se inclinó por La Libertad Avanza”.
Consultado sobre la figura del Pro, Halperín afirmó que “en este contexto, aparece como una fuerza moderada, pero la moderación hoy está devaluada”. Y agregó: “Los dirigentes con peor imagen son los que podrían estar en una supuesta ‘Corea del centro’: Horacio Rodríguez Larreta, Miguel Ángel Pichetto, Martín Lousteau. Incluso tienen peor imagen que Cristina Fernández de Kirchner”.
Para el especialista, el éxito de Javier Milei radica en haber “debilitado la moderación” y en haber capitalizado el voto antiperonista con un discurso agresivo. “Incluso los votantes que cuestionan su estilo, sus ataques a periodistas o artistas, lo siguen apoyando porque consideran que con buenos modales no se puede desterrar el kirchnerismo. Esa es, para muchos, la gran falla de Macri”, sostuvo.
Finalmente, Halperín afirmó que esta elección, aunque planteada como local, funcionó como un plebiscito nacional: “La gente no votó pensando en los problemas de la Ciudad, como la limpieza o la inseguridad. Votó con el bolsillo. La agenda del ciudadano es el metro cuadrado: llegar a fin de mes, pagar la obra social, el colegio, el supermercado. La inflación baja, sí, pero el poder adquisitivo sigue destruido”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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