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Durante los últimos meses, Javier Lanari, el aparente sucesor de Manuel Adorni como vocero presidencial, colocó a sus hermanos Ignacio y Enrique en cargos estatales con sueldos millonarios, siguiendo la lógica de la casta que dicen combatir.
Con la salida confirmada de Manuel Adorni del cargo de vocero presidencial para asumir su banca en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ya suena un nombre como su sucesor: Javier Lanari, actual subsecretario de Prensa y hombre de confianza del flamante legislador libertario. “Es el heredero natural”, dijo el vocero saliente. Sin embargo, detrás del reemplazo se esconde una historia que expone el doble discurso del oficialismo.
Lanari no solo es un hombre clave en la comunicación del gobierno de Javier Milei. También es parte de una familia que, siguiendo la misma lógica de "la casta" que dicen combatir, acomodó a sus miembros en la estructura del estado con cargos bien remunerados.
Prueba de ello es que su hermano Ignacio Lanari fue designado en el mes de enero de este año como representante del Departamento Administrativo por Argentina de la Entidad Binacional Yacyretá. ¿Su experiencia previa? Trabajó durante varios años en el supermercado mayorista Makro. Hoy, ocupa un cargo en una entidad que históricamente funcionó como refugio para familiares y amigos del poder. Los sueldos en Yacyretá arrancan en los 7.856.610 y pueden alcanzar los 32.267.510 de pesos. Nada mal para alguien que venía del sector privado, aunque no precisamente del mundo de la energía ni de las obras binacionales.
Por otro lado, Enrique Lanari, el hermano mayor de Javier, quedó a cargo de la regional del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) para Corrientes y Misiones. Según figura en la página oficial del organismo, ya está ejerciendo como director regional, con control sobre 31 oficinas distribuidas en ambas provincias.
Antes de asumir un cargo en el gobierno de Javier Milei, Enrique Lanari viene de trabajar en una empresa estrechamente ligada al kirchnerismo. Se trata de Ganadera El Porvenir SA, que emplea a unos sesenta trabajadores y es conocida por haber crecido a la luz de importantes aportes económicos del estado.
Durante los últimos años, organizaciones gremiales denunciaron múltiples incumplimientos del convenio colectivo: salarios por debajo de lo estipulado, pagos atrasados y en cuotas, sanciones injustificadas y jornadas laborales extendidas sin la debida compensación.
En ese marco, primero fue beneficiada por el programa Misiones Carne, una iniciativa que consistía en entregar recursos públicos a cambio de carne a precios populares mediante camiones ambulantes. Luego se incluyó en el programa Ahora Carne, que funciona con descuentos y reintegros en carnicerías adheridas. La empresa incluso fue gestionada por un funcionario público: el economista Diego Carmona.
Este tipo de designaciones, propias del nepotismo, lejos de constituir casos aislados, empiezan a marcar una tendencia. Como hizo Adorni en su momento -nombrando a múltiples familiares en el estado-, ahora Lanari repite la fórmula. El estado funciona, en la práctica, como una agencia de colocación familiar, mientras se predica austeridad y se demoniza a la "casta".
Si Lanari se convierte efectivamente en el nuevo vocero presidencial, el gobierno de Milei tendrá un comunicador que no solo conoce el aparato, sino que también supo utilizarlo para beneficiar a los suyos. La lucha contra la casta, parece, tendrá que seguir esperando. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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