
Cultura
Ante la crisis en los yacimientos maduros y la pérdida de empleo en tierra, el Sindicato de Petroleros Privados de Chubut apuesta a reflotar la actividad hidrocarburífera en el mar. La historia de 30 pozos en medio siglo y una promesa que aún no se concreta.
El Golfo San Jorge vuelve a estar en el centro de la escena energética del país. En un contexto de caída sostenida de la producción en tierra firme y pérdida de puestos de trabajo, el Sindicato de Petroleros Privados de Chubut redobla su apuesta por la actividad offshore como salvavidas productivo. Sin embargo, los antecedentes muestran un camino lleno de ensayos costosos y resultados limitados.
Entre 1970 y 2009 se perforaron 30 pozos offshore en la región, con niveles de éxito muy dispares. La iniciativa más ambiciosa fue el Plan Aurora de YPF en los años 2000, que generó expectativas pero dejó más pozos abandonados que activos rentables.
En el área Centro Golfo San Jorge Marina Chubut, por ejemplo, se destaca el pozo Tehuelches.x-1, que produjo petróleo liviano de 47°API y grandes volúmenes de gas. Pero también hubo pozos como Alacaluf.x-1 o Belinda.x-1 que fueron descartados por su baja rentabilidad, mientras que los hallazgos en Marta.x-1 y Marta.x-2 demostraron impregnaciones de crudo aunque con volúmenes modestos.
En el sector frente a Comodoro Rivadavia, donde se perforaron cinco pozos, solo los mencionados Marta.x dieron señales de productividad. Aun así, los caudales no alcanzaron para iniciar una explotación sostenida. Más al norte, en Sinclair-2A.x-1 y 2B.x-1, se detectaron hidrocarburos pero sin niveles suficientes de producción.
Los datos geológicos y la tecnología sísmica 3D aplicadas en 2009 brindaron una mejor comprensión del subsuelo, pero el verdadero salto productivo sigue siendo una promesa latente. La falta de continuidad en las inversiones y la inestabilidad política han jugado en contra de una estrategia a largo plazo.
A nivel nacional, Argentina ya tiene antecedentes más sólidos en offshore: en la Cuenca Austral operan los proyectos CMA-1 y Magallanes, y están en desarrollo el esperado Fénix y el polémico pozo Argerich en la Cuenca Argentina Norte, frente a Mar del Plata. Según proyecciones de la consultora Ecolatina, un desarrollo exitoso del offshore argentino podría elevar el PBI en hasta un 3,6% y generar más de 200.000 empleos, pero esos cálculos dependen de múltiples descubrimientos y condiciones macroeconómicas estables.
Desde el sindicato, la apuesta es clara: reactivar el offshore no solo es una alternativa productiva, sino una urgencia social. La desocupación creciente y los recortes en Vaca Muerta y la Cuenca del Golfo aceleran el debate.
La pregunta que persiste es si esta nueva ola de entusiasmo será capaz de convertir promesas en producción, o si se repetirá la historia de exploraciones millonarias sin retorno, que solo sirvieron para inflar expectativas y postergar soluciones estructurales en la Patagonia energética. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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