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Profesionales y estudiantes de salud que se desempeñan como becarios en el hospital Simplemente Evita de La Matanza denuncian condiciones de trabajo paupérrimas y sueldos que no cubren ni la mitad de la canasta básica.
Durante la década de 1980, el país buscaba fortalecer sus sistemas de salud mediante la profesionalización de médicos y otros trabajadores de este sector. Allí fue donde nació el sistema de residencias, inspirado en modelos internacionales, como los programas de residencia médica en Estados Unidos, adaptados a las necesidades locales.
A través del decreto 5725/89, promulgado en 1989, esta normativa estableció un marco regulatorio para las residencias médicas (puntualmente en provincia de Buenos Aires) definiendo las condiciones de ingreso, formación y remuneración de los residentes. Con el tiempo, este sistema se amplió para incluir no solo a médicos, sino también a otras profesiones ligadas a las ramas de salud, y se actualizó con normativas como el decreto 2557/01 y el decreto 1572/22
Pero hoy, de aquel programa que incentivaba la educación e incorporación de profesionales de la salud poco queda y, de acuerdo a los propios becarios, se convirtió en un nicho del que algunos se aprovechan, vulnerando los derechos de los trabajadores y estudiantes.
Al no tener una relación de empleo plena, sus derechos laborales están limitados en relación a los trabajadores regulares. Por ejemplo, la remuneración: si bien los residentes reciben una "asignación económica" o "beca", esto no se considera un salario formal. Además, el monto de esta "asignación económica", que varía según la especialidad y el año de residencia, oscila entre los 515 mil y 560 mil; aunque, con la falta de datos precisos sobre las becas y la casi nula intervención de los sindicatos, se dificulta dar con cifras exactas.
Ante este abandono gubernamental e incluso de quienes deberían defender a los trabajadores, los becarios alzaron la voz a través de una carta abierta y se comunicaron con REALPOLITIK para exponer sus vivencias. "Sabemos que hay un bloqueo mediático para proteger al gobernador (Axel Kicillof), pero estamos atravesando una situación crítica donde el salario no nos alcanza para vivir y las condiciones son paupérrimas", describió una denunciante ante este medio.
Otra cuestión de la denunciante, que pidió reservar su identidad, apunta a las resoluciones tipo prórroga que se actualizan cada ciertos períodos y que posponen la continuidad de este programa pero que, pese a los reclamos de los becarios y el trato indigno para con ellos, no altera estructuralmente las condiciones laborales ni salariales, lo que mantiene el status quo de precarización.
"En el sector de salud, miles de trabajadores (técnicos enfermeros, licenciados en enfermería, administrativos, personal de limpieza, seguridad, mantenimiento, etcétera) desempeñamos tareas esenciales bajo el régimen de becas, una figura que, lejos de ser un incentivo formativo, se ha convertido en una forma de precarización laboral. Cumplimos horarios extensos, enfrentamos altos niveles de exigencia y responsabilidades cruciales, carecemos de derechos laborales fundamentales como los aportes jubilatorios, el reconocimiento de licencias, antigüedad y sueldos dignos. Nuestros ingresos están muy por debajo de la canasta básica, que actualmente asciende a un millón de pesos. Esto nos coloca en una situación de vulnerabilidad económica insostenible", expresa en uno de sus párrafos el escrito elevado a los directores del hospital Simplemente Evita, ubicado en González Catán, en el partido de La Matanza, que gobierna Fernando Espinoza.
Pese a ser una pieza clave en la atención de pacientes y la formación de profesionales en hospitales y centros de salud, los becarios sufren constantes destratos y exigencias que no tienen correlación alguna con los pocos o nulos beneficios de los que gozan. "Durante la pandemia, fuimos considerados héroes. Arriesgamos nuestra salud y la de nuestras familias por el bien de una sociedad que nos necesitó y confiaba en nosotros. Hoy, esta es la respuesta que recibimos a cambio", suman en otros líneas.
Ante esta situación exigen al gobierno provincial, y en espacial al ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, el pase a planta permanente para garantizar un "sistema de salud público más eficiente, estable y comprometido" donde los trabajadores tengan "condiciones dignas" para que, en consecuencia, puedan otorgarles un mejor servicio y trato a toda la comunidad.
"Pedimos a la sociedad empatía con nosotros. Hacemos un llamado a las autoridades y a toda la comunidad para que se tomen medidas concretas que permitan regularizar esta situación de manera urgente. Es tiempo de que los derechos de quienes cuidan de nuestra salud sean respetados, porque un sistema que precariza a sus trabajadores no puede aspirar a brindar atención de calidad", concluye la carta. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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