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Betina Galarza, activista ambiental e integrante de la organización SOS Adoquines Platenses, conversó sobre el avance del asfaltado sobre el histórico adoquinado de La Plata, tras un reciente fallo judicial que habilitó las obras. La ambientalista cuestionó la decisión y alertó sobre el impacto urbano, ambiental y cultural de la medida.
“Estamos sumamente indignados, es un atropello a la identidad de la ciudad. La misma jueza que en 2021 había dictado una cautelar para frenar las obras, ahora habilitó el asfaltado basándose en una ordenanza votada el año pasado, que deroga la histórica normativa de protección del adoquinado”, inició Betina Galarza.
Según explicó, la ordenanza 9008 –aprobada en 1998 y que tenía como objetivo conservar el adoquinado original de La Plata– fue reemplazada por una nueva legislación que, en palabras de Galarza, “solo protege un 7 por ciento del adoquinado total”. “Dicen que la nueva ordenanza protege, pero es exactamente lo contrario. El 93 por ciento del patrimonio está quedando expuesto a desaparecer”, advirtió.
Uno de los principales reclamos que encabeza su organización está relacionado con el efecto ambiental de las obras. “El adoquinado es pavimento permeable en una ciudad inundable. La Plata ya sufrió en 2013 una de las peores catástrofes hídricas de su historia y, en lugar de fortalecer mecanismos de absorción del agua, como lo son los adoquines, están avanzando con asfalto que impermeabiliza el suelo y agrava el riesgo de inundaciones”, sostuvo.
La activista denunció, además, que el fallo judicial que habilitó las obras fue emitido el 7 de mayo y que ese mismo día el municipio ya había comenzado a asfaltar sin respetar los diez días previstos para presentar una apelación. “Hicimos la denuncia, aportamos fotos, y si bien la jueza dictó apercibimientos, la municipalidad de La Plata hizo oídos sordos y siguió avanzando”, afirmó.
Sobre la apelación presentada por su organización, Galarza fue crítica: “Ya sabemos cómo va a terminar. El poder judicial le va a dar la razón al municipio. Por eso ahora nuestro objetivo es que se derogue esa nueva ordenanza y se recupere la normativa original de protección”.
Durante la entrevista también se refirió al concepto de “desarrollo” impulsado por el gobierno municipal: “El asfalto no es progreso. El desarrollo no puede implicar retrocesos en términos ambientales ni pérdida del patrimonio histórico. Los adoquines que están tapando fueron colocados hace más de cien años, con mano de obra inmigrante, y algunos tienen diseños en arco que son verdaderas obras de arte”.
La referente ambiental también denunció que el municipio no ofreció alternativas para conservar la funcionalidad del adoquinado ni realizó estudios de impacto ambiental. “Tuvimos una reunión, presentamos firmas, pedidos formales, incluso la defensoría Ciudadana se involucró. Pero lo único que obtuvimos fue un informe técnico que reconoce la escasez de calles adoquinadas, y aún así siguen asfaltando”, afirmó en referencia a la labor de la dirigente radical Luciana Bártoli.
En un tramo final, Betina Galarza remarcó la necesidad de repensar el modelo de ciudad: “Hoy el paradigma urbano está centrado en el auto, y debería estar en el peatón, en los niños, en las madres con cochecitos, en los adultos mayores. El asfalto acelera los autos, aumenta los siniestros y genera islas de calor. En plena crisis climática, deberíamos tomar decisiones responsables y sostenibles”.
La problemática del adoquinado en La Plata se cruza con uno de los grandes desafíos ambientales y estructurales que enfrenta la capital bonaerense: el riesgo hídrico. En palabras de la activista, "el adoquinado, además de ser parte de nuestra historia, cumple una función clave de drenaje natural, quitarlo es agravar un problema que ya hemos vivido con dolor". (www.REALPOLITIK.com.ar)
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