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El exbaterista de V8 y Logos, Adrián Cenci, dialogó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) en el marco del homenaje que encabezará junto a su banda solista por los 40 años del disco Un paso más en la batalla. Será el próximo 30 de mayo en el Zadar Club de Wilde, con la participación de destacados músicos de la escena metalera argentina.
“El show será una celebración del legado de V8”, explicó el músico. “Voy a estar con amigos como Esteban Zamarbide, el hermano de Beto, vocalista de V8 y de Logos, Gus Stanley, Juan Wasilewski, Necro en el bajo, y algunos invitados más. Vamos a pasar una linda noche recordando canciones emblemáticas”.
Cenci, quien ingresó a V8 en 1985 con apenas diecisiete años, recordó con emoción aquellos años fundacionales del heavy metal argentino: “Era una época de mucha rebeldía, pero también de juventud y camaradería. En ese momento no nos dábamos cuenta de lo que estábamos construyendo. Después llegaron las generaciones siguientes y empezaron a poner a la banda en un pedestal”.
Además, reconoció el impacto internacional de V8: “La banda trascendió Argentina y fue influencia para grupos como Sepultura. Ellos mismos dijeron alguna vez: ‘Nos inspiramos en V8’. Uno no se da cuenta, hace música con pasión y después viene la retribución”.
Respecto al disco que cumple 40 años, Un paso más en la batalla, el baterista aclaró que si bien no participó de la grabación, ya formaba parte de V8 en ese momento: “Yo ya estaba en la banda cuando salió el segundo disco. La formación con Walter Giardino duró poco y después oficializamos la que grabaría el tercer disco”.
Ese tercer álbum, El fin de los inicuos, se grabó en los estudios Panda, y Cenci rememoró con cariño la experiencia: “Fue una época única. Éramos jóvenes, apasionados, pero nos faltaba un técnico de grabación que comprendiera el audio del heavy metal. Aun así, logramos sacar adelante un disco que fue muy querido por el público”.
Consultado sobre las supuestas tensiones internas que llevaron a la disolución de V8, Cenci relativizó la idea de un quiebre por motivos religiosos: “No fue tanto por eso. Había diferencias en el manejo de la banda, pero hay que respetar las creencias de cada uno. Todos hablamos de fe o creemos en algo”.
Finalmente, destacó la vigencia del mensaje de V8: “Las letras siguen siendo actuales. Hablaban de lo social, de lo personal, de lo espiritual. Tocamos todos los temas que nos incumben en la vida. Por eso la banda sigue viva en el corazón de tanta gente”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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