“El gobierno de Javier Milei bajó una pobreza que él mismo generó”

“El dato reciente de la baja de pobreza hay que tomarlo con pinzas”, advirtió Mariana Sosa. Según explicó la investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), si bien efectivamente se registró una disminución en los niveles de pobreza durante el segundo semestre de 2024, este descenso responde más a una recuperación parcial tras el shock inflacionario generado por el propio gobierno de Javier Milei en los primeros meses de gestión, que a una mejora genuina en las condiciones de vida.

“El gobierno baja una pobreza que él mismo generó”, sostuvo. Tras una devaluación drástica y un aumento récord de la inflación a fines de 2023 y principios de 2024, la pobreza alcanzó un pico del 55 por ciento en el primer trimestre del año. Luego, con la desaceleración de la inflación y una tenue recuperación de ingresos en ciertos sectores, la tasa descendió al 38,1 en el segundo semestre. Sin embargo, Sosa aclaró que esto no implicó una mejora generalizada: “La pobreza bajó, pero no mejoró el bienestar”.

Una de las claves del informe es el concepto de pobreza circulatoria, que describe cómo algunas personas logran salir temporalmente de la pobreza para luego volver a caer, muchas veces debido a crisis recurrentes o a estrategias de subsistencia insostenibles. “Mientras algunos salen de la pobreza, otros entran o permanecen. Hay un alto nivel de inestabilidad”, detalló.

Entre los indicadores más preocupantes, se destaca el crecimiento del pluriempleo, que alcanzó un récord histórico en el cuarto trimestre de 2024: el 12,2 por ciento de los trabajadores tiene más de un empleo, lo que equivale a 1,6 millones de personas. Además, el 30 por ciento de los ocupados trabaja más de 45 horas semanales, reflejando una tendencia a la sobreocupación para compensar ingresos bajos.

También se disparó la precarización laboral, con pérdida de empleos formales y un aumento del cuentapropismo y la informalidad. Estos trabajadores, según la integrante del Instituto de Investigaciones Gino Germani, “ganan aproximadamente un 40 por ciento menos que los asalariados formales y carecen de derechos laborales”.

Los jubilados representan otro de los sectores más golpeados: la pobreza en este grupo pasó del 15 por ciento en 2023 al 23 por ciento en 2024. “Uno de cada cinco jubilados es pobre, y muchos deben volver a trabajar para sobrevivir”, afirmó la investigadora. En el último trimestre del año pasado, se alcanzó un récord histórico de jubilados activos en el mercado laboral: casi el 20 por ciento.

El informe también muestra una fuerte pérdida del poder adquisitivo: los hogares argentinos pueden comprar hoy un 24 por ciento menos que en 2016. Incluso aquellos que nunca fueron pobres vieron reducida su capacidad de compra en un 13 por ciento.

“El informe revela que no estamos ante una mejora sostenible, sino ante un nuevo escalón de empobrecimiento estructural”, señaló Sosa. En ese sentido, advirtió que “cada crisis eleva el umbral de exclusión social, y se hace más difícil perforar los pisos de pobreza que, en vez de disminuir, se consolidan cada vez más altos”. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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