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El Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA) que conduce Homero Giles mantiene detenido desde hace semanas el trámite para comprar un chaleco quinesiológico vital para una niña con fibrosis quística, ignorando que solo un proveedor tiene entrega inmediata y poniendo en riesgo su salud.
Una familia bonaerense atraviesa horas de angustia por la burocracia de la obra social provincial Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA), que se niega a resolver con celeridad un trámite urgente para una menor que padece fibrosis quística. Se trata de un insumo vital: un chaleco quinesiológico de alta frecuencia que permite despejar sus pulmones de secreciones, y que —según denuncian los familiares— solo está disponible con entrega inmediata en una única ortopedia, llamada Iraola. A pesar de contar con el presupuesto, el IOMA de Homero Giles insiste en poner el insumo a licitación, a sabiendas de que no existe otro proveedor disponible.
El pedido fue presentado el 22 de mayo y autorizado formalmente el 27 del mismo mes, según consta en la aplicación oficial de seguimiento de trámites. Sin embargo, desde entonces, el expediente permanece detenido. El insumo en cuestión es un compresor torácico de alta frecuencia, un chaleco que vibra la zona pulmonar durante 30 minutos, dos veces al día, para facilitar la expulsión de secreciones y prevenir infecciones graves. No es reemplazable por técnicas manuales ni por otros dispositivos: es esencial para mantener la salud pulmonar de la niña.
“Mi hija está sin chaleco desde hace días. No es lo mismo hacer quinesioterapia con las manos que con este dispositivo. Es una cuestión de vida o muerte para ella”, explicó la madre, desesperada. “Yo presenté el presupuesto de Iraola, el único lugar que lo tiene en stock y con entrega inmediata. Pero IOMA lo pone a licitar igual, sabiendo que ninguna otra ortopedia lo tiene. No hay voluntad de resolver nada”.
La paciente, una joven de 28 años, debe realizar sesiones de 30 minutos por la mañana y 30 minutos por la noche, acompañadas de nebulizaciones. La falta de este equipo compromete gravemente su salud respiratoria. A pesar de que el expediente ya fue autorizado mediante resolución RESO-2025-1469-GDEBA-IOMA, el sistema sigue congelado y nadie da respuestas.
“No tengo más recursos. Ya fui a reclamar personalmente, presenté toda la documentación, y sigo esperando. Mientras tanto, mi hija está en riesgo”, finalizó la madre.
Este caso evidencia, una vez más, el funcionamiento deshumanizado de IOMA, una obra social que responde tarde y mal a las urgencias médicas, incluso cuando hay vidas en juego. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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