“La educación financiera cobra cada vez más valor en Latinoamérica”

“La educación financiera siempre estuvo, lo que pasa es que quizás estuvo relegada a ciertos sectores o necesidades específicas”, explicó María Mercedes Etchegoyen. En este sentido, remarcó que los recientes cambios económicos, como la devaluación y la pérdida del poder adquisitivo, aceleraron la necesidad de incorporar nociones básicas de finanzas a la vida cotidiana: “Hoy la tengo que incorporar en mi diaria para cubrir los gastos de mis hijos, de mi casa o para proyectar algún objetivo, desde comprar un auto hasta irse de vacaciones”.

La especialista subrayó que en otras regiones del mundo la educación financiera ya forma parte de los planes de estudio. “Sobre todo en Latinoamérica, esta materia hoy cobra mucho valor, más que en otros lugares donde ya está incorporada como algo obligatorio”, destacó.

Etchegoyen también analizó el impacto de la tecnología en el universo financiero, especialmente a partir del crecimiento de las fintech y el ecosistema cripto. “La industria fintech viene a suplir un montón de roles que tenían los bancos tradicionales”, indicó, al tiempo que señaló que muchas personas que no acceden a los servicios bancarios tradicionales ahora pueden “cobrar, enviar dinero, pagar cuentas o acceder a micropréstamos desde una aplicación”.

Respecto a las criptomonedas, resaltó su potencial pero también su complejidad: “Las criptomonedas son 100% pegadas a la tecnología, no existen en el mundo físico”, por lo que requieren una comprensión técnica mayor. Sin embargo, valoró que muchas plataformas han simplificado el acceso: “Hoy, para el usuario, es lo mismo que tener la aplicación del banco”.

En cuanto a los usuarios, reconoció una adopción creciente por parte de distintos rangos etarios. “Hay mucha gente mayor que, con la ayuda de un hijo o con curiosidad propia, empieza a familiarizarse”, comentó. A pesar de ello, advirtió que en el mundo cripto “la falta de educación puede derivar en estafas”.

En ese sentido, fue categórica: “La posibilidad de caer en una estafa hoy es mucho mayor que antes, cuando todo se hacía presencialmente”. La especialista alertó sobre la proliferación de plataformas falsas y la necesidad de generar campañas de prevención. “Hoy vas a bibliotecas, escuelas, universidades y bancos, y ya se habla de prevención de estafas como si fuera una materia más”, observó.

Por último, hizo una reflexión sobre la responsabilidad de quienes difunden proyectos sin verificar su legalidad: “Puede ser que la persona que esté difundiendo una estafa no sepa que lo está haciendo, pero está siendo partícipe o colaborando”, concluyó. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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