
Municipales
Weretilneck y Figueroa avanzan en una agenda común con foco en infraestructura, energía y defensa de los recursos. Críticas al modelo unitario y reclamos por regalías, rutas y barreras sanitarias.
Mientras los focos de la política nacional se concentran en la Ciudad de Buenos Aires, dos mandatarios patagónicos decidieron mirar hacia el sur y proyectar desde allí el futuro. Los gobernadores de Neuquén, Rolando Figueroa, y de Río Negro, Alberto Weretilneck, encabezaron este miércoles una cumbre binacional en Neuquén capital con el objetivo de consolidar una agenda compartida para defender intereses regionales y avanzar con proyectos estructurales.
El encuentro, realizado en el Centro de Convenciones Domuyo, en la Isla 132, reunió a los gabinetes completos de ambas provincias y al intendente neuquino Mariano Gaido, con una hoja de ruta dividida en cuatro ejes: economía e infraestructura; turismo e integración internacional; servicios esenciales (salud, educación y seguridad); y políticas sociales.
El objetivo: consolidar un bloque político y técnico que permita a ambas provincias negociar en mejores condiciones ante Nación y ante el Comité Binacional Argentina–Chile, que se reunirá el 25 y 26 de junio. Entre los temas más urgentes: la recuperación del control sobre las represas hidroeléctricas, las obras postergadas del Gasoducto Cordillerano, y la defensa de la barrera sanitaria que impide el ingreso de carne con hueso desde el norte del país.
“Tenemos una visión común y compartimos una causa: defender los recursos naturales de la Patagonia”, afirmó Figueroa, quien calificó al encuentro como una “reunión estratégica” en medio de una ofensiva centralista. “La Patagonia no puede ser solo una proveedora de energía o alimentos. Debe ser protagonista de las decisiones que afectan a sus territorios”, sostuvo.
El mandatario neuquino también puso sobre la mesa la necesidad de recuperar regalías hidroeléctricas en especie, de avanzar con obras paralizadas, y de proyectar en conjunto el desarrollo de Vaca Muerta y la industrialización del GNL (gas natural licuado), destacando el rol de Río Negro para un puerto de salida al mundo.
Por su parte, Weretilneck fue aún más contundente: “Vivimos una de las épocas más difíciles para el federalismo. El centralismo avanza y las provincias estamos en retroceso. Solo unidas podemos defendernos”. Aseguró que, ante la falta de respuestas del Ejecutivo nacional, “el Congreso debe ser el lugar donde las provincias hagan valer sus derechos”.
La cumbre también tuvo un tono político. En plena cuenta regresiva hacia las elecciones nacionales, Figueroa y Gaido reafirmaron su alianza electoral y llamaron a “federalizar la política nacional desde abajo hacia arriba”.
Si bien no se trata del primer encuentro entre ambas provincias —ya habían unido fuerzas en el reclamo por las hidroeléctricas—, esta vez la articulación pareció más profunda. “Tenemos mucho para aprender de Río Negro en producción y turismo, y ellos de nuestra experiencia energética. Pero sobre todo, tenemos mucho por construir juntos”, expresó Figueroa.
Ambos mandatarios se comprometieron a sostener mesas de trabajo conjuntas, institucionalizar los vínculos técnicos y coordinar acciones frente a Nación y actores privados. La Patagonia, aseguran, no solo tiene voz. También quiere poder. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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