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La Formación Los Monos guarda un tesoro de hidrocarburos y Jorge Oreste lucha por su explotación abriendo un gran interrogante: ¿Por qué la indiferencia gubernamental no hace uso de ella y empobrece aún más a la provincia?
En el corazón del norte argentino, donde el sol quema la piel y la pobreza muerde el alma, la Formación Los Monos se alza como un gigante dormido. Esta unidad geológica devónica, escondida bajo la tierra de Salta, Bolivia y Paraguay, esconde un potencial que podría rivalizar con Vaca Muerta, según detallan quienes la conocen: vastos recursos de gas y petróleo no convencional que prometen riqueza y desarrollo.
Pero para Jorge Rodolfo Oreste, un líder comunitario que se autodefinió en diálogo con este medio como un "loco" por su causa, este tesoro sigue atrapado en la indiferencia, la envidia y la lentitud burocrática. "Ya está, no hay lugar para la duda, estos lugares guardan una de las riquezas más grandes de la tierra", afirmó Oreste con la convicción de quien le dedicó años a esta lucha.
La Formación Los Monos, según estudios de Schlumberger (empresa multinacional global de servicios petroleros), podría contener hasta dos tercios de los recursos de gas no convencional del país. En Bolivia, los campos Los Monos y Aguaragüe Centro ya producen 23 millones de pies cúbicos de gas diarios, generando 250 millones de dólares en regalías e impuestos tras una inversión de 21,6 millones. ¿Y en Salta? Si bien existen acuerdos firmados que datan del 2019, con empresas como Tecpetrol y Pampa Energía para explorar áreas como Río Colorado y Aguaragüe, no avanzaron y, en consecuencia, nunca beneficiaron a la provincia.
Claro que, la profundidad de los depósitos, entre 3.000 y 6.000 metros, y los altos costos del fracking son barreras técnicas que desalientan a los inversores. Aunque, para Oreste, no se debe apuntar únicamente al poco entusiasmo de los privados, sino a la falta de acción política. "Me duele ver a las madres que hacen malabares para darle lo mejor a sus hijos, y a veces me desespero por no poder brindar la ayuda que necesitan", se lamentó con el mismo tono que sufre que esta formación no esté generando recursos ni empleo para estas familias.
No es un secreto a voces que el norte del país enfrenta problemáticas como la pobreza, la emigración juvenil y un exasperante sentimiento de abandono, el cual es agigantado por este tipo de situaciones. En ese sentido, mientras expertos como Ricardo Alonzo y el ingeniero Daniel Centeno confirman el potencial de Los Monos, las comunidades debe recurrir a las "changas para llevar el pan a la mesa".
Pero, volviendo al eje, la explotación de hidrocarburos no convenciones tampoco es sencilla. El fracking requiere millones de litros de agua, y en Salta, comunidades indígenas como los wichi denunciaron desmontes y avasallamiento de sus tierras, las cuales golpean de lleno a la fauna y la flora. Entonces, ¿cómo equilibrar el desarrollo económico con la protección del medio ambiente y los derechos de las comunidades? Oreste no aborda directamente estas preocupaciones, pero su llamado a las autoridades es tajante: "Organicen, soliciten a la provincia que llame a urgente licitación a exploración y luego el llamado a explotación de Los Monos". Su propuesta sigue un esquema lógico: licitaciones para explorar, confirmar reservas y luego explotar, similar al modelo que funcionó en Bolivia.
De nuevo, en Bolivia la exploración en Los Monos fue un éxito, con pozos perforados en las arenas que terminaron abriendo las puertas a la producción, generación de empleo y recursos. No obstante, en Salta, la lentitud burocrática y la falta de incentivos fiscales entorpecen completamente su avance. Incluso, en 2020, el expresidente Alberto Fernández admitió que los altos costos y la falta de un marco regulatorio son los que paralizan el desarrollo de formaciones como la de Los Monos.
Además, la oposición de sectores ambientalistas y la resistencia de algunos pocos pero ruidosos locales, a quienes Oreste tildó de "resentidos y fracasados que ansían que todo siga igual", complican el panorama. ¿Es esta resistencia una queja real de sus preocupaciones o están ligadas a organizaciones políticas que prefieren que nada cambie?
Esa es una de las incógnitas que impulsan la lucha social de Oreste que reconoció que se enfrentó a la indiferencia y las críticas "despiadas" en muchas oportunidades, pero que también cuenta con el apoyo de "buenos amigos" que lo alientan dándole una "palmada en la espalda". Tal vez este es el reflejo del total desconocimiento que hay sobre esta formación, y de la falta de cohesión comunitaria para respaldar un proyecto que podría beneficiarlos a todos. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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