
Provincia
En medio de presiones internas por acordar con La Libertad Avanza, en numerosos distritos de la Unión Cívica Radical (UCR) bonaerense toma fuerza la idea de reactivar la histórica Lista 3 como salida identitaria frente al avance de frentes externos y la polarización política.
Como se sabe, la conducción de la Unión Cívica Radical (UCR) bonaerense de “contingencia” que integran el exintendente de Trenque Lauquen, Miguel Fernández (Adelante) y el legislador provincial, Pablo Domenichini (Futuro Radical), vienen realizando consultas en un escenario de cuenta regresiva para definir la posible constitución de frentes electorales.
El radicalismo, en el caso de que acepte armar o sumarse a un frente electoral, debe dar cuenta de ello el miércoles 9 de julio ante la Junta Electoral de la provincia.
Hay un margen de tiempo que aconseja una actitud de reflexión, pero también de ejecutividad para, finalmente, ofrecer una conclusión, en medio de una presión desde ciertos sectores internos de acordar, a carpeta cerrada, un acuerdo con La Libertad Avanza.
Sin embargo, en decenas de distritos del interior, la discusión está entre ir por la amplia avenida del centro, un poco emulando al dirigente renovador Sergio Massa o volver a las fuentes y desempolvar de los archivos a la lista 3.
En este sentido, no son pocos los que señalan que no habría diferencias entre estas dos últimas opciones, pero en realidad sí las hay. Es oportuno resaltar que, si bien ambas posibilidades eluden a la grieta planteada y potenciada entre libertarios y kirchneristas, también es bueno destacar que existen diferencias políticas e ideológicas, según interpretan desde distintos pasillos de comités.
En la interpretación de quienes analizan esta serie de opciones que esquivan a la grieta, el camino del “centro” es por demás amplio e incluye, por caso, ser un vagón más de frentes con sectores extrapartidarios como el de Facundo Manes o de la grilla de intendentes anti K como es el caso de Fernando Gray, de Esteban Echeverría, o Guillermo Britos, de Chivilcoy.
En la perspectiva de estos modelos frentistas, y como sucede desde hace varios elecciones, el radicalismo estaría como el convidado que espera por las migas que queden después del reparto de la parte del león, con muy poco espacio para el protagonismo y, por tanto, para las listas. Tanto Manes como los citados intendentes requieren del sello institucional y simbólico de esta fuerza política para exhibir que el centenario partido también está del lado del centro, y nada más.
En tanto, se infiere que la lista 3 impone otro estilo y un reverdecimiento, en lo ideológico, de una opción centroizquierdista y socialdemócrata, reactivando la épica y los principios proclamados y aplicados durante la presidencia de Raúl Alfonsín.
Según pudo saberse, en muchos distritos donde la UCR está alejado de la centralidad, sea por no ser oficialismo o por tener escasa cuota de poder, están muy inclinados hacia la salida de la lista 3. La excepción a esta regla parece demostrarse con Tandil, donde el intendente radical Miguel Lunghi promueve esta salida de la lista radical propia y desembarazarse de la grieta ahora alimentada por la situación procesal de la exvicepresidente Cristina Fernández de Kirchner.
Asimismo, la postura de Lunghi encarna en forma subyacente un desprendimiento de su antiguo socio político Facundo Manes, con quien venía construyendo una postura política de importancia en el partido, claro está, cuando el neurocientífico jugaba con la UCR.
Es importante subrayar que Lunghi ha manifestado hasta públicamente su añoranza por la recordada lista 3 y esto deparó muchísimos comentarios y hasta adhesiones. En ese discurso no está sólo sino que viene fuertemente acompañado por destacadas figuras como es el líder de la Corriente de Opinión, Federico Storani, y, según señalan, desde el casellismo y de algunos sectores de Evolución.
La lista 3 encierra sentimientos de pertenencia y puede significar una salida lógica a un estado de situación en que la grieta se plantea como el escenario dominante, más aún, después de la prisión domiciliaria de CFK que, al victimizarla, la convierte es una suerte de “opción útil” anti Javier Milei, sin necesidad de contar con refuerzos por fuera del frente kirchnerista.
No obstante, también supone riesgos porque, cabe recordar, la última vez que la UCR fue sola a una contienda electoral se dio allá por el 2003 cuando el candidato presidencial fue el actual diputado nacional Leopoldo Moreau, cuya cosecha electoral orilló el 3 por ciento y estuvo a punto de perder la personería partidaria.
En el abanico de opciones, la lista 3 se ofrece con mucha fuerza en una gran cantidad de distritos donde los dirigentes están muy convencidos, pero donde el afiliado promedio también está seducido por muchas opciones antikirchneristas. Por eso, será importante escuchar en los próximos días el resultado de la consulta que llevará a la conducción partidaria de contingencia a establecer una definición. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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