El ENACOM desmintió su vínculo con Alesia Abaigar, pero generó más dudas que certezas

La publicación de REALPOLITIK sobre la situación laboral de Alesia Abaigar, la funcionaria bonaerense detenida por arrojar bolsas de estiércol en la casa del diputado nacional José Luis Espert, generó un fuerte revuelo en redes sociales y una inesperada reacción del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), que intentó desligarse del escándalo.

Desde la cuenta oficial del organismo –verificada con tilde gris como entidad gubernamental–, el ENACOM respondió citando la nota de este medio con una acusación tajante: “INFORMACIÓN FALSA. Alesia Abaigar fue despedida de este organismo en abril de 2024 con justa causa, por no presentarse a desempeñar funciones”.

INFORMACIÓN FALSA

Alesia Abaigar fue despedida de este organismo en abril de 2024 con justa causa, por no presentarse a desempeñar funciones. https://t.co/dTO5WmqIEQ

— ENACOM (@ENACOMArgentina) June 25, 2025

Aunque la intención del mensaje fue cortar todo tipo de vínculo con la actual funcionaria de Axel Kicillof, lo cierto es que la desmentida abrió un nuevo capítulo en la polémica. ¿Por qué tardaron tantos meses en echar a una empleada que, según admiten, no iba a trabajar? ¿Se le pagó el sueldo durante ese período? ¿Se superponían los aportes previsionales de la provincia y la nación?

El organismo que conduce Juan Martín Ozores sostuvo que Abaigar fue echada con causa, pero omitió informar si durante esos años continuó apareciendo en los registros de personal, si fue controlada por alguna auditoría interna o si alguien fue sancionado por permitir la situación.

Alesia Abaigar.

Además, según pudo reconstruir este medio, la funcionaria ingresó a la planta permanente del ENACOM en tiempos del kirchnerismo, específicamente durante el último tramo del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando el organismo todavía era la AFSCA. Luego, pasó al área de FOMECA, y en 2019 solicitó licencia para ocupar un cargo en el ministerio de las Mujeres bonaerense. El cargo en Nación quedó en suspenso. O eso se suponía.

La explicación del ENACOM, lejos de aclarar el panorama, parece más bien un intento de desmarcarse del escándalo, a como dé lugar. La pregunta que sigue flotando en el aire es: ¿Hasta cuándo fue empleada activa Abaigar? ¿Cuándo dejó efectivamente de figurar en los registros oficiales? 

Lo que sí parece claro es que el caso Abaigar ya no solo es una mancha para la gestión Kicillof, sino que también salpica al gobierno nacional. Porque, más allá del posteo indignado, el ENACOM fue parte de esta historia, por acción u omisión. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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