
Interior
La jornada legislativa de hoy es algo que el gobierno nacional teme y mucho. No se trata del impacto que podría tener sobre el presupuesto nacional las distintas iniciativas que se disponen a aprobar los gobernadores, sino la pésima señal que se daría a los mercados de un quiebre en la alianza que ha gobernado con minoría parlamentaria.
Justo en el peor momento de la gestión Milei-Caputo, que viene de sumar a las alarmas y advertencias de los “mandriles” y al letal informe de la banca JP Morgan el anuncio de la oficina del Presupuesto del Congreso que reveló que en junio volvió el déficit fiscal, los 24 ejecutivos provinciales resolvieron aprobar institucionalmente los proyectos de ATN y el impuesto al combustible –que les corresponde por ley- y discapacitados. Si bien no hay acuerdo aún para sancionar el aumento a jubilaciones y la asignación de fondos para el Instituto Garrahan, ya aprobado por la Cámara de Diputados de la Nación, en el gobierno tienen en claro que significará un impacto sobre la cotización del dólar y el riesgo país muy superior a su impacto real en las cuentas públicas.
El martes a la noche se anunció que Javier Milei no viajaría a Tucumán para encabezar el tradicional acto de celebración de la Independencia argentina. Los más críticos podrían argumentar que se trata de un hito que le provoca ictericia al presidente, pero la razón argumentada –el bajo nivel de visibilidad que habría impedido los vuelos- se deshizo ante la comprobación del funcionamiento regular de los aeropuertos, con apenas algunas demoras en los horarios. Quedó en claro que el motivo era muy otro: apenas dos gobernadores habían confirmado su participación, lo cual no sólo lo dejaba en soledad sino también presentaba una imagen muy potente al momento de ser contrastada con la del año anterior, cuando la firma del denominado Pacto de Mayo convocó a más de una veintena de administradores provinciales.
Así las cosas, la vicepresidenta Victoria Villarruel estuvo presente en la casita histórica de Tucumán, y hasta Cristina Fernández de Kirchner tuvo su propio 9 de Julio con un acto de masiva asistencia en Parque Lezama. El gobierno, en cambio, armó su show mediático para intentar desacreditar a los gobernadores e instalar en la sociedad el temor que él mismo experimenta en la sociedad argentina, culpándolos de antemano por los efectos que tendrían sus iniciativas parlamentarias sobre el denominado “Plan de Estabilización”. Tal como lo afirmaba Nicolás Maquiavelo, el miedo es la última muralla de los poderes asediados. El gobierno de Milei no es la excepción.
De este modo, Javier Milei inició el día con otra aparición en el programa de su operador Luis Majul, en el que exageró sin fundamentos sólidos el eventual impacto de las iniciativas, y hasta acusó a los gobernadores de organizar una conspiración para liquidar a su gestión. También admitió que podría haber volatilidad en la cotización del dólar y algunos números negativos hasta octubre, pero que serían corregidos después de la fabulosa victoria electoral que espera para octubre, un horizonte que ni las encuestas ni las negociaciones de alianzas electorales permiten descontar.
Poco antes de las 16 hs. vino el segundo capítulo, cuando otro de los operadores más caracterizados del gobierno, Alejandro Fantino, divulgó un off del ministro Luis Caputo para atacar nuevamente a los gobernadores, pero que terminaría volviéndose en contra.
Sin anestesia, Fantino difundió los contenidos de ese diálogo sobre las consecuencias de los proyectos gobernadores sobre las cuentas públicas –una vez más, totalmente amplificadas y distorsionadas-, planteando un escenario apocalíptico. Lejos de conseguir el efecto buscado, lo que el mensaje reveló fue la debilidad de un programa económico en terapia intensiva. Por culpa de los ejecutivos provinciales la economía entraría en déficit fiscal –lo que ya sucede según el informe de la Oficina de Presupuesto sin necesidad de proyecto alguno- y que las consecuencias serían tan graves que incluso afectaría la posibilidad de los argentinos de "irse de vacaciones a Búzios".
Tal vez por indicación de Caputo o por creatividad propia, Fantino describió un verdadero aquelarre que dejó expuesta la fragilidad de la economía argentina, a la que comparó con "una nave espacial con tres reactores" que en los próximos meses experimentaría gravísimos problemas técnicos. "Si entra el primer misil y entramos en déficit fiscal", el dólar se irá de la banda, el Banco Central de la República Argentina va tener que salir a intervenir y el riesgo país perforará los 1.200 puntos. "Sépanlo, se va a mover y mucho, va a ser muy bravo, la vamos a pasar para el orto, va a volar el riego país, el dólar se va a ir para arriba y va a haber ruido en la calle", continuó.
"Mandrilandia o los gobernadores enojados mañana comienzan a lanzar los primeros misiles al reactor del superávit fiscal", denunció el operador, refiriéndose a la sesión de Senadores del día de hoy, para la que ya están los 37 votos necesarios para tratar para garantizarla. Sin embargo, omitió decir que ya en junio y julio se disparó la inflación en la CABA, y que las consultoras registraron aumentos de precios que impactarán sobre la inflación.
Refiriéndose a la puesta en escena con Majul de la mañana, Fantino resaltó que "Javier dice ‘vamos a bailar y la vamos pasar muy mal de acá a diciembre, en octubre los paseo en chota, en diciembre juran los míos'. No va a alcanzar porque va a seguir en minoría pero se supone que ahí algunos gobernadores van a ayudar, pero Milei dice 'guarda que se va a mover la nave, se van a sentir los misiles'". Ni las declaraciones del presidente ni su interpretación por parte del conductor resultaron precisamente tranquilizadoras.
Sus conceptos inmediatamente se viralizaron. ¿Fantino se había vuelto loco, había roto con el gobierno o estaba implementando una riesgosa operación mediática por indicación oficial? Las respuestas del gobierno confirmaron que la tercera opción era la correcta. Primero Luis Caputo aludió a una absurda operación de inteligencia artificial para explicar lo sucedido. Javier Milei, por su parte, eligió otra línea de impugnación, afirmando que la edición del clip que se viralizó desvirtuaba su mensaje. "Han tomado el gusto desde mi mensaje de Davos en hacer cat (sic) and paste para que las personas digan cosas que no dicen", y retuiteó una publicación del comunicador en la que se adjunta el contenido completo de su editorial. El problema aquí fue que el archivo completo resultó ser aún más alarmista que su versión editada.
Siguiendo con la operación mediática, el ministro aseguró en X que: "La macro está ordenada, y por más que la política trate de generar lío, no va a ser un problema". Pero a esta altura la convicción de que Fantino había comunicado con fidelidad el mensaje de Caputo ya había multiplicado los temores en el mercado y en mundo político sobre la fragilidad del plan económico.
Así las cosas, el “mago de las finanzas” debió concurrir al estudio de Majul en horas de la noche para tratar de aclarar lo sucedido. Allí aseguró que “lo que dije es lo contrario de lo que dice este clip”, sentenció.
La operación cayó muy mal en los gobernadores, que no podían creer hasta dónde estaba dispuesto al gobierno a desacreditarlos para evitar el éxito de la sesión de hoy. La respuesta común de quienes se expresaron en off o a través de terceras personas fue que, si el superávit es a costa de quedarse con los recursos de las provincias, el superávit es “trucho” y descansa sobre el incumplimiento de las obligaciones con las provincias. De este modo, no serían los gobernadores los “irresponsables fiscales”, sino el propio gobierno nacional.
Pero lo peor de todo es la sensación de orfandad y de desesperación que transmitió el gobierno durante la jornada patria. Más que a las explicaciones de Caputo a lo que prestó atención la opinión pública fue a las consecuencias que podría tener la exposición de esa debilidad sobre los mercados, en especial sobre la cotización del dólar y el riesgo país. Una vez más, Caputo decidió intervenir durante un feriado, y sabido es que cuando un ministro de Economía actúa de ese modo sólo provoca o profundiza un fuerte impacto negativo sobre las decisiones de los agentes económicos.
¿Miopía política o reconocimiento del fracaso, tratando de quitarse la responsabilidad de encima, señalando a los gobernadores? Por ahora sólo queda en claro que este jueves no será uno más. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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