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La mujer, que padece EPOC y tiene apenas un 40% de capacidad pulmonar, aseguró que su situación es crítica y que está siendo víctima de un doble abandono: por parte de la obra social y del Estado provincial.
Adriana Volchok, ex trabajadora del Ministerio de Seguridad bonaerense, lanzó una durísima acusación contra el IOMA por no brindarle atención médica urgente mientras atraviesa una severa crisis de asma. La mujer, que padece EPOC y tiene apenas un 40% de capacidad pulmonar, aseguró que su situación es crítica y que está siendo víctima de un doble abandono: por parte de la obra social y del Estado provincial.
“No es la primera vez que me pasa, necesito ver a mi neumonólogo con urgencia y desde IOMA me dicen que recién hay turno para mediados de agosto. Les mandé mis signos vitales, les dije que era urgente, que los iba a denunciar penalmente por abandono de persona, y ni siquiera respondieron”, declaró con impotencia.
Volchok no sólo se queja por la atención médica, sino también por su jubilación, que considera injusta. “Me dieron una pensión por incapacidad total y permanente del 73%, pero jamás me dijeron cuál era esa incapacidad. Tuve que presentar una acción de amparo para exigir respuestas. Me siento invisibilizada por el sistema”, expresó.
La situación se agravó cuando, según ella, el Ministerio de Seguridad intentó frenar su reclamo judicial ofreciéndole un cargo a su abogado. “Él ingresó a la función pública con 53 años, cuando el máximo permitido es de 50. Si le facilitaron ese ingreso para que me deje sola, lo voy a denunciar en el Colegio de Abogados”, afirmó.
La mujer detalló que se atiende en el Centro Médico del Valle de Lanús, donde recibe tratamiento por su enfermedad pulmonar y otros problemas de salud. “Allí me ven el neumonólogo, la cardióloga y el oftalmólogo, pero no tengo cobertura para otras especialidades. Encima, en muchos casos, te cobran aparte”, explicó.
Volchok contó que incluso intentó negociar una jubilación ordinaria a cambio de renunciar a todos sus cargos, pero desde la Provincia rechazaron el acuerdo. “Como siempre defendí al personal policial y conozco bien mis derechos, sabía que iban a buscar una manera de sacarme de encima. Me jubilaron truchamente y sin explicaciones. Hoy sigo en plena lucha legal”, remarcó.
“Lo único que quiero es que me vea mi médico, el de confianza, el que sabe lo que tengo. Necesito recetas, medicamentos y tratamientos que no puedo pagar. Uso PAF, otras medicaciones costosas, y pastillas para la depresión porque esta situación me está matando”, concluyó entre lágrimas. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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