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España excluyó a la Argentina del nuevo mapa global de inversiones del ICEX, y el gobierno de Javier Milei intenta, sin estrategia ni estructura diplomática, forzar un acercamiento a través de gestos protocolares sin sustancia.
Mientras España despliega una sofisticada red global de consejeros económicos para captar inversiones, el gobierno de Javier Milei intenta recomponer, a los tumbos y desesperadamente, una relación bilateral deteriorada. La reciente visita del embajador argentino en Madrid, Wenceslao Bunge Saravia, a la sede del ICEX —la agencia española de promoción de exportaciones e inversiones—, donde no fue recibido por la presidente Amparo López Senovilla, sino por la consejera delegada Elisa Carbonell Martín, fue presentada como un gesto de acercamiento. Sin embargo, detrás de la foto protocolar se esconde una realidad incómoda: Argentina sigue excluida del radar estratégico del gobierno de Pedro Sánchez.
El ICEX, dependiente directo del ejecutivo español, lanzó en junio un ambicioso programa de expansión de su red de consejeros y agregados económicos en más de cuarenta países considerados prioritarios. Entre ellos se destacan naciones latinoamericanas como Chile, Colombia, México, Brasil, Uruguay y Paraguay. La gran ausente: Argentina.
La exclusión resulta llamativa por varias razones. Históricamente, España ha sido uno de los principales inversores en el país, con un entramado empresarial que abarca desde energía y telecomunicaciones hasta infraestructura y servicios financieros. Además, la relación bilateral se sostiene sobre la base de fuertes lazos culturales, históricos y comerciales. Pero desde la llegada de Javier Milei al poder, la diplomacia económica argentina parece haber quedado a la deriva.
El presidente español ha evitado cuidadosamente cualquier gesto hacia la administración libertaria. En su reciente gira por América del Sur, visitó Chile y Uruguay, pero optó por no pisar suelo argentino. Una decisión que, más allá de lo protocolar, revela el tono que Sánchez le imprime a la relación: distancia política, y también económica.
La embajada argentina, mientras tanto, intenta capitalizar instancias que no son más que actos de cortesía institucional. El improvisado encuentro entre Bunge Saravia y la presidenta del ICEX fue comunicado como un diálogo sobre “iniciativas bilaterales” y “buenas prácticas en atracción de inversiones”. Pero sin agenda concreta, sin compromisos formales y con la estructura diplomática argentina debilitada, el gesto parece insuficiente.
Por el lado español, no hay señales de que el ICEX vaya a modificar su postura. La Argentina no forma parte de su actual estrategia de desembarco, ni figura en las prioridades a corto o mediano plazo. La decisión no es meramente técnica: responde a la falta de previsibilidad, la ausencia de señales claras hacia el mercado, y una política exterior argentina que ha oscilado entre la confrontación ideológica y el aislacionismo retórico.
En este marco, los intentos de mostrar avances a través de posteos en LinkedIn o reuniones sin sustento carecen de impacto real. La falta de una diplomacia económica profesionalizada, con recursos técnicos y articulación internacional, le impide al gobierno argentino transformar el discurso pro-mercado en hechos concretos.
Mientras tanto, la inversión privada sigue en caída. Según datos de la consultora Orlando Ferreres, en 2024 se registró una contracción del 13,7 por ciento, la peor desde la crisis de 2001. Sectores clave como la industria, la construcción y el consumo no logran repuntar. En este escenario, la ausencia de Argentina del mapa del ICEX no solo es un revés simbólico: es un indicador preocupante del lugar que ocupa el país en el mundo real de los negocios.
El desafío no es menor. España no solo es un socio estratégico, sino una puerta de entrada a Europa para múltiples compañías e inversores. Recuperar esa confianza requerirá algo más que una foto en un foro de inversiones. Exigirá profesionalismo, coherencia diplomática y, sobre todo, una política exterior que mire más allá del marketing libertario. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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