
Nacionales
Tras ser denunciado penalmente, se pidió el juicio político a Martín Menem por beneficiar a su empresa familiar con una licitación pública millonaria, desatando un escándalo que expone un entramado de poder, negocios y vínculos con todos los sectores políticos.
Mientras Javier Milei clama por erradicar a la casta, su propio funcionario, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Martín Menem, quedó en el ojo del huracán: fue denunciado penalmente y se pidió su juicio político por beneficiar a su empresa familiar Tech Security SRL con una licitación directa de 3.900 millones otorgada por el Banco de la Nación Argentina. La acusación no sólo involucra a Menem, sino que expone el entramado de poder, negocios, boliches, clubes de fútbol y vínculos con todos los colores de la política nacional.
La presentación formal fue realizada por el dirigente Juan Ricardo Mussa, quien elevó la solicitud ante la comisión de Juicio Político de la cámara baja. En el escrito, acusa a Menem de mal desempeño, tráfico de influencias, violación de la ética pública, complicidad y hasta traición a la patria, invocando el artículo 264 de la ley de Sociedades, que impide a funcionarios públicos tener vínculos societarios con empresas relacionadas con su función hasta dos años después de asumir.
Detrás de Tech Security no hay sólo un negocio familiar: hay una historia de poder, contactos y expansión bajo todos los gobiernos. Fundada en 2005, la empresa dio sus primeros pasos fuertes en Club Atlético River Plate, donde aún mantiene la seguridad con contratos millonarios. Desde entonces, fue sumando clubes: Racing, Vélez, Argentinos, All Boys, Ferro, Rosario Central y hasta la Selección Argentina, con la que incluso viajó al exterior.
El nexo con el fútbol se potencia gracias a los lazos con Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y exyerno de Hugo Moyano. Además, Tech Security fue responsable de la seguridad del predio de Ezeiza y de eventos internacionales como el Mundial Sub-20 en Argentina.
El accionista mayoritario actual de Tech Security es Pablo Ariel Vázquez, exportero de boliche, vecino de los Menem en Núñez y conocido en el mundo de la noche porteña. Vázquez pasó de vender sándwiches en los partidos de River a manejar dispositivos de seguridad para la Conmebol y vivir en Miami.
Con sus vínculos, fue contratada por municipios y organismos como el ministerio de Cultura, el Museo Evita, el CENARD, la Biblioteca Nacional y hasta eventos organizados por el propio Javier Milei, como la presentación de su libro en el Luna Park, por la que cobró 35 millones de pesos.
Tech Security y sus socios tienen profundas raíces en el negocio nocturno. Compartieron vínculos con boliches como Afrika, Jet, Vita (ligado a Amado Boudou, José María Núñez Carmona, Fernando Espinoza y Daniel Angelici) y prestaron servicios en recitales, festivales, autódromos, el Abierto de Polo y eventos de La Cámpora, el Pro y todos los sectores del espectro político. Aseguran que "no le hacen asco a ningún color político".
Uno de sus enclaves clave fue el boliche Vita, epicentro del cruce entre política y farándula. Por allí pasaron desde Moria Casán y Marcelo Tinelli, hasta funcionarios de todos los colores políticos, incluidos los de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.
De acuerdo al documento judicial, Martín Menem cedió sus acciones días antes de asumir al frente de Diputados, pero la ley impide este tipo de negocios hasta dos años después de dejar la firma. La licitación fue confirmada en el Boletín Oficial de la República Argentina el 4 de julio y contemplaba dos años de contrato con posibilidad de prórroga hasta 2029.
El denunciante sostiene que Menem utilizó su posición para simular desinversión y facilitar el contrato. Lo acusa de violar la ley de Sociedades, la ley de Ética Pública y varios artículos del Código Penal, exigiendo su remoción inmediata del cargo y la citación de funcionarios del Banco Nación.
Según fuentes cercanas al oficialismo, la licitación no llegó a ejecutarse: habría sido filtrada desde el entorno de Santiago Caputo, generando la reacción interna de Milei, que ordenó frenar todo. Pero el escándalo ya estalló y el juicio político sigue su curso.
Hoy, con una estructura aceitada, Tech Security sigue funcionando, diversificada en empresas de seguridad electrónica, suplementos deportivos (Gentech, propiedad de Martín Menem) y con tentáculos en el deporte, la política, la noche y hasta el espectáculo.
La historia de Tech Security pone en evidencia cómo una firma familiar logró extender su influencia hasta las más altas esferas del poder, sin distinción de banderas. Mientras Milei promete motosierra y transparencia, la licitación millonaria a los Menem revela que el verdadero poder no se corta con discursos. (www.REALPOLITIK.com.ar)
ETIQUETAS DE ESTA NOTA
¿Qué te parece esta nota?
MÁS NOTICIAS